DOS MIRADAS

No más trucos

La estrategia de la última legislatura, trufada de símbolos y mentiras, ha sido el error más trágico de la democracia, con funestas consecuencias para sus protagonistas

Puigdemont y Rull, el pasado julio, en Barcelona.

Puigdemont y Rull, el pasado julio, en Barcelona. / Ferran Sendra

EMMA RIVEROLA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Cuánto poder real estamos dispuestos a perder o a no recuperar por un acto simbólico? La presidencia de Puigdemont es imposiblepresidencia de Puigdemont, ya lo era antes de la incursión del Tribunal Constitucional. La distancia o la cárcel son las únicas realidades que él puede contemplar ahora mismo, ambas incompatibles con una gestión real de la presidencia... Real.

948.233 personas expresaron la voluntad de restituir a Puigdemont como presidente. Pero conviene recordar que JuntsxCat no ganó las elecciones. Su segundo lugar y la aritmética le permiten tejer pactos. Y esa capacidad es la misma que abre la puerta a otras alternativas. 

Por mucho que algunas voces griten que solo Puigdemont puede ser investido para no caer en la trampa del 155, su elección solo representaría caer, de nuevo, en la trampa del simbolismo. ¡Por supuesto que puede haber otros candidatos! ¿Acaso las listas están elaboradas con infiltrados del CNI? No insultemos la inteligencia colectiva.

Símbolos y mentiras

Pacto es acuerdo, generosidad, valentía, responsabilidad y bien común. Los catalanes deben recuperar las instituciones cuanto antes. Está claro que la estrategia de la última legislatura, trufada de símbolos y mentiras, ha sido el error más trágico de la democracia, con funestas consecuencias para sus protagonistas. 

Si el objetivo sigue siendo la república, trabajen para avanzar hacia ella. Los trucos de magia solo crean ilusiones evanescentes y dan razones a los adversarios políticos.