Mas no es igual a Esperanza

Casi al tiempo queEsperanza Aguirrevolvía a presumir ante los madrileños de haberles ahorrado 15.000 millones de euros en impuestos, la Generalitat descubría que gobernar es rectificar. Anunciaba, matizaba y finalmente aplazaba la buena nueva de que primero caería la subida de tipos del IRPF y luego el impuesto de donaciones. Sumado a los restos ya eliminados de tributo de sucesiones, apenas 200 millones de euros.

Pese a la astronómica diferencia entre ambas cifras, para la presidenta doblaron de alegría las campanas de la Almudena, mientras que alpresidentle interpretaron un fúnebre réquiem por la sanidad y la educación públicas. Las mismas voces que acusaban a CiU de favorecer a los ricos y laminar a los más débiles depauperando los servicios públicos, no apreciaban la necesidad de replicar a una propaganda de gangas tributarias que han beneficiado exactamente a los mismos ricos y han asolado similares servicios públicos. Las raquíticas rebajas deMas, al parecer, le inhabilitan para exigir nada al Gobierno central. Las multimillonarias bajadas fiscales de Aguirre,al parecer, no afectan en absoluto a su legitimidad reclamatoria.

Los tristes argumentos para justificar una medida tan simbólicamente inoportuna han contribuido aún más a divulgar el chiste del catalán presto a empadronarse en Madrid si se ahorra un euro. En un país que se enfrenta a la política fiscal con la madurez del oso Yogui, tampoco ayudará a debatir nuestro desequilibrio territorial con algo más que simplezas.

¿Por qué la Hacienda de la Comunidad de Madrid puede pavonearse de saldos fiscales mientras se indigna porque el resto del Estado no hacemos otra cosa que costarle cuartos? ¿Por qué la Generalitat no puede ni cometer la torpeza de anunciar las rebajas mientras recorta a saco la sanidad pública? Es sencillo. PorqueMases catalán y nacionalista yAguirrees española y del PP. Es lo que hay.