El epílogo

Mas en la equidistancia

ENRIC HERNÀNDEZ

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Así, como quien no quiere la cosa, el tan pregonado cambio político echó ayer a andar en Catalunya. En rigor, no en Catalunya entera, pero sí en el edificio de la Ciutadella que ocupa el Parlament. Artur Mas logró aupar a Núria de Gispert a lo más alto de la Cámara, convirtiéndola en la primera mujer de la historia que preside el poder legislativo catalán. Que hace (solo) una década, con José María Aznar, dos señoras presidieran Congreso y Senado en nada empaña el gesto del líder del CiU; más bien evidencia el sexismo de nuestra partitocracia local.

Fue la del ganador de las elecciones una jornada redonda, porque consiguió también superar el primer trámite parlamentario sin enseñar sus cartas. Y es que las apariencias engañan: pese a haber cedido una secretaría al PP, y aunque a cambio seis diputados populares apoyasen a De Gispert, también el PSC participó del arreglo. No en vano cedió otros seis votos para que repitiera en la Mesa el socialista Higini Clotas, vicepresidente del Parlament en plantilla, y Montserrat Tura obtuviera una secretaría. Mas logró de ese modo su gran objetivo: no asociarse formalmente a ningún otro grupo. Es decir, no escenificar un nuevo idilio con el PP.

'Ménage à trois'

La equidistancia, instrumento antes patrimonio de ERC, pasa así a manos del Govern minoritario de CiU: si con nadie me caso, a nadie rindo cuentas. Al menos, hasta que las generales del 2012 despejen el panorama. La siguiente escena de este ménage à trois podría producirse el jueves próximo si Mas sale investido merced a la abstención de PP y PSC. ¿Acudirán ambos puntuales a la cita?