Al contrataque

'Mare mortum'

Lo único que no es crónico es la vida, que está a la venta al precio de la muerte

XAVIER SARDÀ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Proceso de ahogamiento en el mar: la suspensión de las respiraciones, habitualmente seguida por un periodo involuntario de lariongoespasmo secundario a la presencia de líquido en la orofaringe o laringe. El doctor Lovesio nos cuenta que durante este periodo, la víctima es incapaz de aspirar gases. El resultado es una depleción de oxígeno y una acumulación de dióxido de carbono. La víctima presenta hipercarbia, acidosis e hipoxemia. A medida que la tensión parcial de oxígeno en la sangre arterial disminuye se empieza a aspirar líquido activamente. Es el principio del fin. El proceso sigue con gases en la sangre, el balance ácido base, la concentración de electrolitos y la muerte.

Este ritual se ha repetido en el Mediterráneo casi mil veces durante esta semana. En el 2014 se habrían contabilizado 3.072 cadáveres rescatados en aguas de nuestro verdadero mare mortum. Europa se reúne, toma tímidas decisiones e invoca la ayuda de Naciones Unidas. Seguramente no tienen ni idea de cómo afrontar ese tsumani de náufragos swimming deads, pero simulan determinación.

Los diplomáticos europeos son nuestros representantes. Es muy cómodo para cada uno de nosotros buscar argumentos elusivos que nos desculpabilicen. Es tan fácil como inútil. Que si Occidente, que si imperialismo, que si Merkel,que si la casta... se ahogan. Intentemos decir la menor cantidad posible de sandeces burguesillas. Mejor el silencio. Nos cuesta entender el mensaje: los problemas que nos acucian no tienen fácil solución, tienden a cronificarse y, además, no tienen una sola causa. Son tres adversidades nefastas pero hay que asumirlas. 

Es de Perogrullo: «Los problemas serios no tienen solución» si entendemos la «solución» como una opción única y definitiva. Si seguimos buscando culpables o remedios mágicos a menudo empeoramos nuestra relación con la realidad y perdemos nuestra capacidad de asumir el conflicto en su totalidad. Hay que atreverse a colocar la palabra crónica ante la mayor parte de las cuestiones que están sobre la mesa en nuestro país y en el mundo: corrupción crónica, problema crónico de la inmigracion, el problema crónico del islamismo radical, los problemas económicos crónicos norte- ur. Lo único que no es crónico es la vida, que está a la venta al precio de la muerte.

Cierto es que la impotencia no resuelve absolutamente nada. No es aquí la tesis. Pero lo kitch y la simplicidad tampoco. Miles de muertos en el mar que escapan de miles de muertos en la tierra. Nos escandalizan mil muertos en el agua y mucho menos los 160.000 en Siria. Las mafias quieren que lleguen cientos de miles, vivos o muertos. Europa no sabe qué hacer. El mundo nos desborda.