Y si se marchara Niño Becerra

Santiago Niño Becerra es un personaje extraño, completamente desconocido para el gran público antes de que estallara la crisis. La atención que ha recibido por parte de los medios se fundamenta en el hecho de que algunas de sus previsiones económicas se han cumplido, como si la economía fuera una ciencia más cercana a la futurología que al pensamiento racional con bases empíricas. Su catastrofismo, su habilidad para explotar nuestros peores fantasmas le han valido un lugar continuado en la lista de libros más vendidos (en el apartado de no ficción) durante meses y meses. Pero aparte de hacer pronósticos también ofrece soluciones. Ahora dice que si se marcharan todos los inmigrantes, la tasa de desempleo bajaría 10 puntos. Hala pues, ¿por qué no empezamos a cargar convoyes hacia la frontera? ¿Por qué no los ponemos en barcos? Y ya puestos, ¿por qué no nos quitamos de encima otros colectivos del todo prescindibles: discapacitados, mujeres, tarados en general? Da lo mismo que muchos de los inmigrantes a los que hace referenciaNiño Becerrahayan levantado con sus propias manos el país, qué se vayan. ¿Familias enteras que viven aquí hace años? Es igual, fuera. La teoría del economista solo me plantea una duda: ¿quiénes son los inmigrantes? Lo digo porque personalmente tengo una duda existencial: yo que soy fruto de la burbuja le haría caso y me marcharía para no estorbar, pero no sé, creo que mi marido no-inmigrante y mis hijos nacidos aquí quizá me echarían de menos.

Quizá sería más fácil que se fueraNiño Becerray nos dejara convivir a inmigrantes y no inmigrantes, personas en general que intentamos superar esta etapa como buenamente podemos teniendo en cuenta, por encima de todo, esto, nuestra humanidad inherente que él se debe haber dejado en alguna parte entre pronóstico y pronóstico.