La rueda

La magia del Constitucional

ANTÓN LOSADA

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No sé ustedes, pero no me imagino al grave Tribunal Constitucional alemán fallando inconstitucional una declaración de un land que exprese su deseo de decidir algo en el futuro. Tampoco lo visualizo afirmando solemnemente que su Constitución  puede ser reformada, o que en política todo es posible si existe acuerdo. Resultaría tan chocante como ver a un tribunal penal declarar que es delito fantasear con ser un pirata del Caribe, o explicando que resulta legítimo hacerse rico siempre que se logre por medio del trabajo honrado, sin estafar ni robar.

Tras este nuevo hito en la espiral de caos institucional en la que nos hemos embarcado para evitar a toda costa meternos en política, ya no parecería ni sorprendente que el Gobierno o alguien empezase a recurrir canutazos y declaraciones mediáticas ante el alto tribunal. Tampoco extrañaría que el TC empezase a pronunciarse sobre la constitucionalidad de lo dicho por alguien durante una rueda de prensa.

A los catalanes les pedimos que crean en la magia. Que no vean trucos en la ecuanimidad de los fallos de un tribunal que excluyó a uno de sus magistrados, Pérez Tremps, por haber emitido un informe técnico para la Generalitat pero que tiene como presidente a alguien que ha militado en el Partido Popular. Piénsenlo un momento: ¿si tuvieran un pleito, darían por buenos los fallos de un juez que hubiera sido socio de la otra parte?

Aunque en este caso, tanta magia constitucional tiene sus ventajas. Se equivoca el president Mas. El pronunciamiento del Constitucional cambia y pone las cosas un poco al revés. A los catalanes les dice que tienen derecho a decidir, pero no así. No deben renunciar, solo cambiar el procedimiento. Al Gobierno le espeta algo más sustancioso: que hay derecho a decidir y no lo puede prohibir, tiene que gestionarlo.