Fútbol y política

'Love is in the air'

Pase lo que pase, gane quien gane, pierda quien pierda¿ no pienso renunciar ni a un solo amigo, ni retirar saludos, ni reducir sonrisas, ni escatimar cariños

Los candidatos que participaron en el debate de TV-3, en el plató.

Los candidatos que participaron en el debate de TV-3, en el plató. / periodico

CARLES FRANCINO

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Me pongo enfermo cada vez que alguien invoca la separación entre deporte y política como argumento intelectual. Sobre todo porque los usuarios más habituales –ministros incluidos– pueden poner a parir a Guardiola por el lazo amarillo por entrometido, pero aplauden la valentía de Nadal si defiende la unidad de España. ¡Como si uno y otro no tuvieran derecho a pensar y decir lo que les venga en gana! No será la primera vez –ni la última– que alguien utiliza el fútbol como metáfora de la política; pero es que creo que esta vez han acertado de pleno.

El anuncio promocional del Madrid-Barça en Movistar+ es un compendio de gestos amables, respetuosos, solidarios… incluso cariñosos, entre adversarios. Resulta conmovedor ver a Roberto Carlos, Reiziger, Raúl, Luis Enrique, Figo, Ronaldinho, Casillas, Guardiola, Iniesta, Carvajal, e incluso Messi y Ronaldo, practicando el fair play antes, durante y después de un partido. ¿Se imaginan escenas parecidas entre los políticos –y políticas– de hoy? El último abrazo, el de Piqué Ramos, ya es de traca. Pero, ¡ay!, ya se han alzado voces que condenan el experimento y lo tildan de postureo o gazmoñería. Ya se sabe que en este país (el de aquí, el de allí) existen muchos partidarios de aquel principio que dice: «Si podemos arreglar algo a hostias, ¡para qué perder tiempo hablando!».

Yo no lo voy a perder reivindicando la existencia de espacios intermedios (¡no neutrales ni equidistantes!) en los grandes conflictos, pero sí quiero compartir una convicción: pase lo que pase, gane quien gane, pierda quien pierda… no pienso renunciar ni a un solo amigo, ni retirar saludos, ni reducir sonrisas, ni escatimar cariños. Mourinho hizo mucho daño al fútbol, inoculó mierda y rencores que aún perduran (no hacerle el pasillo al Madrid es penoso), pervirtió la rivalidad hasta convertirla en conflicto. Pero creo que también nos vacunó a muchos para detectar el peligro. Así que: amigos y amigas que tengo del Madrid, del Barça, del Espanyol, indepes, no indepes, españolistas, mediopensionistas, oyentes de la SER, de la COPE, de RAC1, de Catalunya Ràdio, guapos, feos, hermanos, hermanas, cuñados, cuñadas, sobrinos –y sobrinas–, os quiero a todos. Y el día 22 os voy a seguir queriendo. Aunque no lo parezca, el amor está en el aire.