En sede vacante

Los tres capítulos de Derrick Bird

Josep Maria Fonalleras

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El caso deDerrick Bird, el asesino de Whitehaven (Inglaterra), tiene tres capítulos estructurados de forma distinta, con finalidades diferentes y una sola coincidencia: poseer el arma de fuego que acaba con la vida de los demás. En el primer capítulo, el objetivo parece ser una revancha inmediata por una herencia que no satisface aDerrick. Asesina, de madrugada, a su hermano y al abogado que lleva el caso. Tiene cierta lógica. Los que me han hecho daño lo van a pagar. En el segundo,Derrickse planta en la parada de taxis y mata a un compañero que no le caía bien. También funciona un determinado discurso, aunque sea criminal y que abominemos de él. Se carga a quien, seguramente, hacía meses que quería ver muerto, al menos en su mente.

La pregunta inquietante, lo que acerca la crudeza de la realidad a la posibilidad de la ficción, son las cuatro horas y media que transcurren entre los primeros asesinatos y el tiro que dispara sobre el compañero odiado. ¿Qué pensóDerrick? ¿Descansó? ¿Le pareció que, una vez iniciada su matanza, daba igual y entonces ya podía desatar su capacidad para hacer daño? ¿Mantuvo tensas sus facultades mentales? ¿Se emborrachó, de alcohol o de sangre? Son muchas horas.

Después,Derrick se adentra en el tercer capítulo. La furia indiscriminada. En un semáforo. En una parada de bus, bajando del coche y disparando contra quien, en ese maldito momento, colisionó con su locura. ¿Cómo llegaron a coincidir el asesino y la víctima, que ni siquiera le conocía? Es en ese viaje en perpendicular, inconsciente y fatalista, donde se esconde la debilidad de nuestra vida. Whitehaven es una metáfora: ¿en qué parada de bus, en qué calle, nos vamos a encontrar con unDerrickque se acerque y nos dispare porque sí?