Los mareos de Arús

Alfons Arús

Alfons Arús / periodico

Manel Ferrer

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Parece ser que el culebrón televisivo del mes ha llegado a su fin. Después de que Alfons Arús parase su programa en 8tv durante cuatro días alegando problemas de salud y de que muchos opinaran y dudaran sobre su retorno, éste ha vuelto para quedarse. Y lo ha hecho aclarando el porqué de todo, sin dejar ni las más mínima duda por resolver

El parón inesperado del magazín hizo saltar las alarmas de todo el mundo, de los que sabían, de los que no y de los que se lo inventaban, que ya total, tampoco venía de esto. El médico del veterano presentador le recomendó parar para poder recuperarse de unos problemas de salud que le daban como consecuencia unos mareos y que le hacían muy difícil poder llevar a cabo su trabajo. En ese punto, se anunció de manera muy escueta la cancelación del programa, debido a que no se sabía hasta cuando no se emitiría el formato. Ante esta situación, los propios colaboradores se despidieron de los espectadores, a la espera de saber qué pasaría con su futuro.

Después de que el formato volviese a las pantallas, sorprendió mucho la ausencia de Angie Cárdenas, mujer del presentador, que desde los inicios siempre lo había acompañado como tertuliana. Esto llevó a que se empezara a especular sobre una posible fisura en el matrimonio. Lejos de aclararlo, el espacio avanzaba sin dar muchas más explicaciones al respecto, la cual cosa hizo que el rumor fuera cobrando fuerza.

En este punto me sentí defraudado y triste, pues yo siempre había tenido a Arús como referente de claridad y creía que ahora se estaba guardando algo y me molestaba. Pero no, después de que una compañera de otro diario se atreviese a publicar más datos sobre el tema, Arús dedicó unos minutos de su programa del lunes para contarlo todo. Reafirmó de nuevo que sus problemas eran de salud e hizo alusión a todos aquellos que han hablado estos días de él, a los que lo han hecho con respeto y a los que no. Pero también entró en el codiciado tema de la supuesta separación con su mujer y dejó entrever que sí que hay problemas en la pareja y que "es muy normal dejar pasar un tiempo entre ellos" para poder pensar.

Por su parte, Angie Cárdenas no añadió nada más, pero no se negó rotundamente a volver con el que ha sido durante todos estos años su marido. Todo este entuerto nos ha llevado a todos de cabeza durante los últimos días. Ya poco nos importaban los famosos que salían en lo que llaman la 'Teletúlia' y solo queríamos pistas, frases o miradas que nos indicasen alguna información más sobre todo esto que tenía una parte de verdad, otra de leyenda y otra de pura ficción.

Ante esta situación, reflexioné y pensé en qué salidas podían tomar. ¿Ellos son conocidos? Lo son. ¿Mediáticos? En cierto modo, pero… ¿Viven de ello? No. Entonces, ¿tienen de dar explicaciones sobre su vida privada? Pues no tienen porqué, su trabajo es informar y opinar de los que son noticia y tienen un público. Pero entiendo que también es de justicia que compartan algunas de sus inquietudes con todos aquellos que les siguen cada mediodía. Sería hipócrita si yo ahora soltara que son una pareja más, porque no lo son, la gente los mira, miden sus palabras y si hace falta, los critican. Pero, ¿esto les autoriza a querer saber más allá de lo que se ve en la pantalla? No tengo la menor duda, por defecto somos curiosos y nos gusta saber.

Sea como sea, esto ha demostrado que Arús es un gran profesional, de aquí podría haber sacado mucho juego y no lo ha hecho, se ha limitado a ser paciente y a dar las justas explicaciones para que no se desbocaran las pequeñas fieras que les seguimos desde casa, y siendo sincero, se agradece. Con todo esto se confirma la teoría de que la tele forma parte activamente de nuestras vidas, no solo la usamos para conocer y entretenernos, también le procesamos una dependencia y enloquecemos cada vez que ocurre algo que altera el día a día de su rutina habitual.

Al fin, veo claro que los mareos de Arús, poco a poco, van llegando a su fin, o como mínimo, televisivamente hablando. Ahora, los trapos de casa se lavan en casa, pero ya sabe que cuando los saque a tender, habrá vecinos atentos a las pinzas y al sol que amanece ese día.