Los escudos sí se tocan

Atreverse a tocar un emblema tan importante como el escudo del Barça, tiene riesgo. Pero mantenerlo tal cual, por dejadez, o peor, por falso conservadurismo, tiene su castigo. En el hipermercado visual de las marcas, quien no se renueva, decae y no hace caja. El escudo del Barça, se mantenía prácticamente igual desde 1910, pero en 2002, el diseñador Claret Serrahima, ya consiguió simplificarlo buscando mayor legibilidad y reproductibilidad, en cualquiera de los medios impresos o visuales posibles, intuyendo la que se avecinaba.

Ahora el Club ha dado un pasito más adelante. Una simplificación de líneas, de colores, y de formas, buscando un cmayor impacto visual, y de nuevo la facilidad aplicativa del mismo al universo digital. Pero en realidad es un cambio moderado, pues conserva la configuración del escudo en forma de olla y las tres partes emblemáticas, el cuadrante de Barcelona, el de Catalunya y tan solo dos barras granates sobre fondo azul, donde el balón de siempre ahora resalta más. Eliminar las siglas ha sido acertado, una cruz o la manzana no necesitan escribir quien son.

La línea de Summa

Sin duda un trabajo fino del equipo de diseño Summa, prestigiosa empresa responsable de la imagen de RTVE, Ferrovial o Filmax. Pero van a tener que capear con un vendaval, porque para muchos socios y fans, los símbolos no se tocan. El rediseño del escudo del Atlético de Madrid, similar conceptualmente a éste, fue muy polémico. Y más al conocerse que estaba hecho por el grupo catalán Vasava.

Ahora bien, nada comparado con el vendaval que ha provocado el radical cambio en la Juventus. Aquí hay que reconocer que los italianos han sabido estar en la vanguardia, el nuevo escudo de la Juve es rompedor, y van a venir muchos más de este estilo. No se pierde nada apostando fuerte, el patrimonio heráldico y el riquísimo bagaje gráfico del club, será siempre parte de su historia. Hubiese sido interesante atreverse con una versión oficial del escudo simplemente con Barça.

Nada más y nada menos.