EL DIFÍCIL GOBIERNO MUNICIPAL DE BCN

Los equilibrios de Colau

La alcaldesa tiene que demostrar, tras la ruptura del pacto con el PSC, que ella sí que puede ser una buena interlocutora para los sectores económicos

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ilustracion de leonard beard / periodico

EVA ARDERIUS

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Jueves, 23 de noviembre, la alcaldesa Ada Colau se dispone a encender la iluminación navideña. En la inauguración hay luces, música, escenario y mucho confeti brillante. Un acto más propio de otros mandatos que de la austeridad que le gusta al gobierno de los comunsColau enciende las bombillas flanqueada de los comerciantes. La escenificación funciona, el acto se acaba y el confeti se convierte en una trampa resbaladiza que provoca patinazos y caídas a más de uno. Colau hace equilibrios, pero se mantiene en pie. Una buena metáfora del difícil momento que atraviesa.

Con las luces de navidad encendidas ha llegado el esperado acuerdo con los restauradores sobre las terrazas de Barcelona. Quizá sea herencia del PSC, pero lo cierto es que llega cuando Colau más lo necesita. La alcaldesa tiene que demostrar que ella sí que puede ser una buena interlocutora para los sectores económicos, que siempre la han mirado con desconfianza.

La entrada del PSC en el gobierno de Barcelona recosió los puentes con el mundo empresarial y Colau no tuvo ningún inconveniente en ceder a Jaume Collboni la representación del consistorio. Así ella y sus concejales podían mantener cómodamente su discurso de freno al turismo. Pero ahora las cosas han cambiado. El PSC ya no está en el gobierno y el contexto económico ya no encaja con los argumentos de Barcelona en Comú. Frenar y limitar cuando los indicadores económicos muestran cierta desaceleración ya no tiene sentido. La turismofobialos hoteleros dicen tener demasiadas habitaciones vacías y los comerciantes piden más ayudas. Hasta el momento, Colau solo tenía que ponerse al lado de los más desfavorecidos, ahora los sectores económicos también reclaman gestos y medidas a su alcaldesa.

Frenar y limitar cuando los indicadores económicos muestran cierta desaceleración ya no tiene sentido

Un discurso más 'business friendly'

El gobierno municipal parece haber captado el mensaje. Tímidamente ha empezado a modular un discurso más business friendly, quizá también para evitar que alguien eche de menos a Collboni. Después del fracaso de la Agencia Europea del Medicamento, ha admitido que la marca Barcelona necesita más promoción y más cariño y ha fichado como sustituto del socialista a un directivo que había trabajado en el Ayuntamiento en tiempos de Jordi Hereu y a quién no incomoda nada ponerse un traje y una corbata.

Lo que le pasa a Colau con el sector económico se parece mucho a lo que le pasa en el terreno político. Como los empresarios, también independentistas y constitucionalistas le piden que se posicione. Le piden liderazgo, especialmente ahora que con el 155 el Ayuntamiento de Barcelona es la institución con más autonomía y más importante de Catalunya. Colau está incómoda. El escenario actual no juega a su favor. Gobierna en minoría, tiene que hacer equilibrios entre los sectores económicos y los que la votaron para cambiar la ciudad, tiene unas elecciones municipales cerca y una campaña electoral encima que no deja margen para las cuestiones sociales y que no favorece en nada a su partido.

De momento, ha optado por hacer pequeños gestos, a un lado y a otro. Equidistancia política y equidistancia económica. Los resultados del 21-D serán un buen termómetro para saber si la táctica ha funcionado. Quizá mantenerse en pie y no caerse ya no es suficiente. Veremos.