El poder económico y el candidato Valls

La candidatura de Manuel Valls al Ayuntamiento de Barcelona podría ser atractiva para el poder económico catalán que ha empezado una campaña anti-Colau

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al exprimer ministro francés Manuel Valls, el día de Sant Jordi, en Barcelona.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al exprimer ministro francés Manuel Valls, el día de Sant Jordi, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Olga Grau

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La candidatura del exprimer ministro francés Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona bien podría ser un globo sonda de Ciudadanos para calibrar el éxito o el rechazo que despierta el personaje antes de lanzarlo al ruedo. Pero tan solo la mera noticia ha levantado gran expectación en los círculos económicos y de poder de la capital catalana. Su confirmación elevaría indudablemente el nivel de la campaña por su experiencia política y destreza dialéctica. Y su persona encontraría con bastante seguridad el apoyo de toda una clase empresarial que considera que Barcelona ha perdido atractivo y fuelle económico en la liga de las grandes ciudades internacionales y cosmopolitas. Culpan de ello a Ada Colau, a la que le reprochan no haber mantenido una mejor interlocución con las empresas y los sectores económicos por su pasado activista y las obligaciones hacia su militancia de base.

Así, la candidatura de Valls llegaría providencialmente en un momento en el que los empresarios andan huérfanos de cariño tras la fuga de empresas y la tensión del procès. Y en el que han empezado a hacer su propia campaña para "recuperar Barcelona", lo que pasa a su entender por evitar que gobiernen de nuevo los Comuns al otro lado de la Plaça Sant Jaume.

En los últimos meses, los empresarios han empezado a avivar el debate barcelonés a través de dos instituciones influyentes en la ciudad: Barcelona Global y el Cercle d'Economia. Estos foros de discusión han impulsado ciclos sobre el futuro económico de la ciudad, y han abordado temas de discusión como el turismo, las infraestructuras culturales, el impulso científico o la tecnología. Ambas plataformas prevén intensificar la discusión en los próximos meses conforme vaya acercándose la fecha de las elecciones municipales.

Todo este sustrato es el que podría servir de abono para formalizar la candidatura de Manuel Valls a la alcaldía, una posibilidad que ha generado nervios en el resto de formaciones políticas. En los Comuns por razones obvias. En el PP por el auge de Ciudadanos en una de las grandes ciudades de España. En el PSC porque el político francés se podría convertir en el referente de un mundo económico que en los últimos años ha tenido como guía a los socialistas. Y en ERC y PDCAT porque obligaría a reorganizar la estrategia que han pergeñado por separado. 

El político francés aupado por Ciudadanos no conoce los problemas locales de la ciudad: vivienda, turismo, narcopisos, tranvía por la Diagonal, o les Glòries, por mencionar algunos debates ciudadanos. Pero ha opinado abiertamente sobre el proceso independentista y parece lógico que trasladara al Ayuntamiento el debate identitario que ya divide el Parlament, lo que podría generar una plataforma independentista en la campaña.

Las incógnitas por resolver residen en qué haría Valls si, en caso de presentarse, no ganara. No parece que su futuro pueda pasar por quedarse en el Ayuntamiento como líder de Ciudadanos en la oposición. A no ser que la esttategia pase por España o por Europa de la mano de un Ciudadanos en ascenso. Y eso sería la gran rehabilitación política tras su fracaso en Francia.