Los desfiladeros del oro negro

La crisis de Yemen puede bloquear el estrecho de Bab el-Mandeb y encarecer el precio del petróleo

MARIANO MARZO

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La crisis bélica que vive Yemen, con ataques aéreos de la coalición suní liderada por Arabia Saudí a las posiciones de las milicias houtis, un grupo chií respaldado por Irán, ha impulsado al alza los precios del petróleo. El mercado ha evidenciado cierto nerviosismo por el posible efecto de la tensión bélica en los suministros procedentes de Oriente Próximo. Posiblemente se trate de una reacción exagerada frente a una coyuntura poco alarmante de momento, pero su evolución la debemos seguir con atención. A fin de cuentas, el Programa de Estabilidad 2015-2018 del Gobierno admite que la economía española crecería la mitad de lo proyectado -un 1,5% en lugar de un 3% de media hasta el 2018- si no se mantuvieran las condiciones actuales en los mercados financieros; es decir, en el supuesto de que se difuminasen los efectos positivos ligados a un euro, unos tipos de interés y un petróleo baratos.

Yemen no forma parte del club de los principales países productores de crudo, y eso podría suscitar dudas sobre la relación entre la situación que vive ese país y la evolución de los precios del petróleo. Sin embargo, la importancia estratégica de este país no reside tanto en las riquezas de su subsuelo como en su posición geográfica: las costas de Yemen integran la ribera oriental del estrecho de Bab el-Mandeb, que enlaza el mar Rojo, al norte, con el golfo de Adén, en el océano Índico, al sur. Dicho estrecho, situado entre el Cuerno de África y la península Arábiga, constituye un importante cuello de botella en la ruta de transporte marítimo que asegura el flujo comercial de crudo, productos petrolíferos y gas natural licuado, que se dirige tanto desde el golfo Pérsico a los mercados de Europa y América del Norte, como desde Europa y el norte de África a Asia. En su parte más angosta, Bab el-Mandeb tiene una anchura inferior a los 30 kilómetros, aunque en esta zona los petroleros y los metaneros deben utilizar dos vías de navegación de apenas algo más de tres kilómetros de amplitud. Estamos ante lo que en la jerga militar se conoce como un chokepoint chokepoint(punto de emboscada o estrangulamiento).

En los últimos años, el volumen de crudo y productos petrolíferos canalizado a través de Bab el-Mandeb ha venido experimentando un crecimiento continuado, de modo que entre el 2010 y el 2014 se ha pasado de 2,7 a 4,7 millones de barriles diarios. Solo entre el 2013 y el 2014 el flujo se ha incrementado un 20%, con un aumento de las exportaciones de crudo desde Irak a Europa cifrado en más 200.000 barriles diarios. En dirección contraria -es decir, hacia el sur-, el tráfico en el estrecho ha aumentado notablemente debido a los niveles récord alcanzados por las exportaciones de crudo y productos petrolíferos desde Rusia a Asia, aunque las cifras totales transportadas se han visto mermadas por un descenso de las exportaciones de crudo desde Libia y de las de productos derivados del petróleo provenientes de Europa.

Cualquier aumento de la inestabilidad en torno a Bab el-Mandeb puede traducirse en el bloqueo de la ruta seguida por los petroleros procedentes del golfo Pérsico en su camino hacia el canal de Suez o hacia la terminal que alimenta el oleoducto Suez-Mediterráneo (SUMED). Tal bloqueo forzaría a los petroleros a dirigirse hacia el cabo de Buena Esperanza, en la punta meridional de África, lo que aumentaría la duración del trayecto y los costes. Por otra parte, tras cruzar el canal de Suez en dirección sur, los petroleros provenientes de Europa y del norte de África verían interrumpida su ruta más directa hacia Asia.

De hecho, el deterioro de la situación en Yemen ha provocado que Estados Unidos haya procedido a reforzar las medidas de seguridad en la zona y anunciado su intención de trabajar conjuntamente con sus aliados del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Bahréin, Kuwait, Omán, Catar y la Unión de Emiratos Árabes) con el objetivo de asegurar la continuidad del flujo comercial a través de Bab el-Mandeb.

Además de este estrecho, otros desfiladeros estratégicos de Oriente Próximo y el norte de África a través de los cuales circulan buena parte de las exportaciones de crudo y productos petrolíferos son el estrecho de Ormuz y el canal de Suez. En el 2013, el primero canalizó 17 millones de barriles diarios (mbd), una cifra que representó cerca del 18,9% del suministro mundial, mientras que el canal de Suez hizo lo propio con 4,6 mbd. Otros puntos de importancia estratégica para el comercio internacional de crudo y sus derivados son los estrechos de Malaca y el Bósforo. En el 2013, ambos canalizaron un flujo de 15,2 y 2,9 mbd, respectivamente. Los estrechos de Malaca son un paso clave para el suministro desde Oriente Próximo a Asia, mientras que el Bósforo representa la puerta de acceso a una parte importante de los recursos del mar Caspio.