AL CONTRATAQUE

La lista una y grande de Mas

Los difamadores podrían considerar que resulta burlesco que el recién llegado al independentismo pretenda impartir doctrina

Xavier Sardà

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Señor Mas: está usted levemente reiterativo con lo de la lista única. Los criticones dirán que quiere ser  usted el Duran Lleida  de Esquerra Republicana. Los malvados pueden decir que lo que usted quiere es  ir a las elecciones bajo el paraguas  protector de Esquerra. Los malévolos le pueden decir que ya han captado el mensaje y que no hace falta tanta declaración. Le podrían llegar a decir que tanta insistencia no esta a la altura de su supuesta audacia. Vale, que quiere usted una lista única o de país... ya se entiende. Cuidado, porque los resentidos le podrían decir que recrea usted sentimientos patrióticos,  cuando en realidad solo le mueve el miedo a perder las elecciones.

Los rencorosos pueden pensar que esta usted un poco embarullado. Pasa mucho. Los malintencionados pueden argumentar que confunde usted los  intereses personales con los del país. Vamos, de primer capitulo del manual del paladín. Los insidiosos  pueden preguntarle si de verdad piensa que la insistencia le da la razón. Los retorcidos pueden llegar  a argumentar que lo suyo es un chantaje  emocional en toda regla. Pueden llegar a deducir que la inseguridad genera soberbia y  usted quiere conseguir su objetivo descalificando al que  pretende persuadir.

Los capciosos pueden pensar que cuando usted dice que primero hay que pensar en el país, después en el partido y finalmente pensar en uno mismo, está insultando sutilmente a los de Esquerra. Los intrigantes pueden llegar a recordarle que  no hay más radical que el converso. Los perversos pueden interpretar sus lecciones de patriotismo como puro teatro y recordarle  que hace cuatro días gobernaba usted con el soporte del Partido Popular y consideraba que la independencia era una opción trasnochada.

Burlesco

Incluso desde la  lejanía política con el señor Junqueras los alarmistas podrían decirle que anda usted enseñoreándose de una opción política que le era ajena hasta hace muy poco.  Los difamadores podrían considerar que resulta burlesco que el recién llegado al independentismo  pretenda impartir doctrina y mostrar el camino adecuado que debe seguir el país entero. Los murmuradores dirán que no saben si le preocupa Catalunya o su propia pervivencia política . Las encuestas le van bien y no hay motivo para tanta desazón. Al toro.

Por cierto, señor Mas: ¿se podría hacer una película sobre los inconvenientes de la independencia?. Como la película L'endemà pero al revés. ¿Puede conseguir que la coproduzca y emita TV-3 y que colabore el Ayuntamiento de Barcelona  y la Diputación? Sería como un publireportaje, o sea, lo mismo que L'endemà, pero  a favor del  federalismo. Eso sería pluralismo. Lo veo difícil. Creo que en este asunto usted y Oriol Junqueras  coinciden.