Libres para ser libres

MANEL FERRER

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En estos últimos días nos cuestionamos de manera compulsiva si somos libres, si hay libertad de expresión, si podemos hablar sin miedo a represalias. Pero aunque para esto hay multitud de respuestas, creo que antes de optar por un sí o por un no, tendríamos que saber que es la libertad y en que se aplica.

Para mi ser libre no es el poder hacer algo sin miedo a nada, es una puerta medio abierta a expresarme, aún y sabiendo que lo que diga puede molestar al otro o incluso ofenderle, pero puedo decirlo o hacerlo. Es más, creo que el miedo o la incertidumbre juegan mucho más protagonismo en todas nuestras acciones que la propia libertad. ¿Somos conscientes y estamos capacitados para actuar y aceptar reacciones? Yo creo que no, nos tiramos a la piscina y nos da igual que haya agua o no, nos basta con saber que eso es una piscina y que en algún momento otro ya se ha tirado. No es suficiente.

Este sábado comentábamos en la radio todo lo sucedido entorno al semanario Charlie Hebdo, una tragedia sin precedentes y que sin duda nunca puede llegar a justificarse cuando estamos hablando de la vida de las personas y de los derechos básicos de expresión. Es por eso que me sorprende que aún haya gente que sea incapaz de respetar las opiniones ajenas y que además tenga la desfachatez de intentar justificar una actuación que lejos queda de la moralidad y del respeto al prójimo. El miedo esta instaurado en todas partes y todos sabemos que en ocasiones, y aunque tengamos el derecho a expresarnos, es mucho más fácil callar y tragar. La verdad y la razón se pierden en el momento que tenemos que recurrir a hechos para llevar a cabo la defensa de aquello que creemos o defendemos, y aunque parezca brusco dicho así, es la realidad.

Por suerte aún hay valientes que se atreven a alzar la voz de muchos que se esconden detrás de una coraza que les impide salir y exponer lo que creen. Y no los juzgo, al contrario, el que se esconde y no actúa es en ocasiones opta por la solución más plural y realista. 

No creo que estemos aún preparados para respetarnos entre nosotros y esto se demuestra con ataques tan brutales como todo lo que ha ido sucediendo durante estos últimos días.

No entiendo tampoco a personalidades como Willy Toledo, él es de los que opta por pronunciarse, pero verdaderamente por lo que acaba diciendo valdría más la pena que se pusiese un puntito en la boca y no se pasara de libre y de rebelde, porque señor, rebelde sin causa se puede ser durante una etapa concreta de la vida, pero llega un punto donde tienes que demostrar tu madurez y sensatez, pero yo creo que este señor aún está lejos de ser coherente y realista con lo que dice y opina. Para mí ya no es actor, ahora es el cronista de una historia surrealista y que des de mi punto de vista, lo está alejando de su profesión, la gente tiene memoria y es reacia a perdonar según qué actitudes. Una dosis de realidad y sensatez no le iría nada mal.

Por otro lado, me parece brillante todo lo que estamos promoviendo el resto de comunicadores y periodistas, que apoyamos la libertad de expresión y defendemos la manera de emplear el periodismo, pero creo que más allá de todo esto, las autoridades tendrían que velar por el cumplimiento de la libertad y aunque se digan cosas punzantes y directas, se podrán seguir diciendo sin tener el miedo de que alguien entre por la puerta de nuestro trabajo y acabe con nuestra palabra, nuestra voz y nuestros sentimientos, por los cuales tanto hemos luchado.