La clave

La lección de Tarradellas

JUANCHO DUMALL

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La anécdota es muy conocida. El expresidente de la Generalitat Josep Tarradellas viajó desde Francia, donde estaba exiliado, a Madrid para entrevistarse con el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. Fue el 27 de junio de 1977. Carles Sentís, que había sido elegido diputado por UCD en las elecciones celebradas 12 días antes, acompañó a la Moncloa al president para ese encuentro histórico. Según el testimonio del propio Sentís, cuando Tarradellas salió del despacho de Suárez y se encontró con los periodistas, les dijo que había sido «un diálogo muy constructivo». Minutos después, y ya dentro del coche, Sentís preguntó: «¿Entonces, todo ha ido muy bien?» «Todo lo contrario -respondió el president-, a lo que él ha dicho sí yo le he contestado que no, y a lo que yo he dicho que sí él ha respondido que no». Y añade Sentís que lo de Tarradellas fue una estratagema para comprometer a su interlocutor cara a la siguiente reunión.

No parece que esa actitud, mezcla de arrojo y astucia, vaya a presidir el próximo encuentro entre el actual president de la Generalitat, Artur Mas, y el jefe del Gobierno central, Mariano Rajoy. De momento, este último ya avanzó el sábado que hablará, pero no hará nada que no puede ni debe, en referencia a la autorización de la consulta planteada por su interlocutor. Da a entender el líder del PP que no tiene margen para negociar nada en relación con el referendo que, fecha y enunciado de la pregunta al margen, es donde está la madre del cordero. Así las cosas, es posible que 37 años después, vuelva a producirse la situación descrita por Tarradellas: si uno dice sí, el otro contesta no.

De mala gana

Lo que ya es más improbable es que Mas salga de la cita diciendo que ha habido «diálogo constructivo» aunque la reunión sea un desastre. Suárez y Tarradellas eran conscientes en 1977 de que había que arriesgar para cambiar el rumbo de la historia. Mas y Rajoy parecen afrontar su próximo encuentro de mala gana y con ánimo conservador. Ambos saldrán a por el cero a cero, a la espera de la prórroga. Y , en política, líbrenos el cielo de la tanda de penaltis.