Al contrataque

Lección de periodismo

Jordi Évole, que atesora picardía y ética, consiguió claridad de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez y Jordi Évole, durante la entrevista del 30 de octubre del 2016.

Pedro Sánchez y Jordi Évole, durante la entrevista del 30 de octubre del 2016. / periodico

ANTONIO FRANCO

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Jordi Évoleordi  es uno de mis periodistas favoritos. Merece mi respeto porque me recuerda, en actitud y eficacia, en la voluntad de proporcionar lo que quieren saber los ciudadanos, a los mejores profesionales de la Transición. Tiene tanta picardía como ética, dos elementos que definen a los grandes entrevistadores. Consigue crear una relación bilateral de franqueza que juega a favor de la sinceridad. Sabe preguntar y, lo más difícil, aguanta ante los silencios que provocan las cuestiones en las que el entrevistado duda sobre si le conviene responder la verdad.

Creo que Pedro Sánchez le cae bien a Évole, pero quizá ignora que este periodista trabaja solo para la gente de la calle, prescindiendo de sus propias simpatías. Con oficio, le sacó a <b>Sánchez</b> cosas que probablemente no quería decir tan abiertamente, quizá porque varias de ellas incluso las negó explícitamente cuando era secretario general del PSOE.

Intuyo que Évole cree ideológicamente en los tres grandes titulares que proporcionó la conversación, pero habría aceptado que Sánchez dijese lo contrario. Vamos a los tres temas. Primero, Sánchez reconoce que España es una realidad plurinacional que debe estructurarse constitucionalmente como tal. Segundo, reconoce su error de haber menospreciando a Podemos cuando la única posibilidad de un Gobierno de izquierdas depende de que ambas formaciones sepan trabajar codo a codo (dijo eso, en ningún momento propuso que el PSOE sea como Podemos). Tercero, denuncia actuaciones coordinadas entre los máximos responsables de algunas grandes empresas, medios de comunicación destacados y poderosos bancos para impedir que pudiese cuajar un Gobierno alternativo al de Mariano Rajoy.

EMPUJADO HACIA LA SINCERIDAD

Sobre este último asunto, como Sánchez se resistía a dar nombres, Évole, enemigo de los sobreentendidos que no sabe descifrar todo el mundo, utilizó la pericia. Preguntó, esperó durante un largo silencio, y acabó por empujar suavemente a Sánchez hacia la sinceridad: repreguntó si se refería a César Alierta, el gran patrón de Telefónica, como uno de los impulsores. Entonces el líder caído del PSOE dijo que sí, que hablaba de AliertaÉvole consiguió la claridad.

Hay mucha polémica sobre si lo que dijo Sánchez es verdad. Haría falta más buen periodismo para llegar a saberlo. Hasta ahora la aportación de un periodista ha sido conseguir que diese este testimonio para quien quiera creerle. Con ello Sánchez subraya que su candidatura para las futuras primarias del partido no es una simple cuestión de personas: él propone al socialismo español cambios concretos de planteamientos. Eso lo sabemos gracias a los medios de comunicación, haya o no conspiraciones. Existe mal periodismo, pero también lo hay bueno y eficaz. Sin gente como Évole tendríamos todavía menos de lo segundo.