INTANGIBLES

Las pensiones, el germen de la gran coalición

Los grandes partidos habrán de afrontar las cuentas de la Seguridad Social

JESÚS RIVASÉS

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El morbo de la estimación de voto de la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) ha impedido ver muchos roles/detalles de la realidad sociológica del país que volverá a las urnas el próximo 26 de junio, todavía inmerso "en la sentimentalización extrema que padece la democracia española", según la descripción del profesor Dader de la Universidad Complutense de Madrid.

El barómetro de abril del CIS, además de las predicciones electorales -a pesar de su fama bien ganada, acierta menos en los últimos tiempos-, incluye una especie de radiografía de la sociedad española. Pues bien, mientras que los españoles consideran el paro como el primer problema, solo el 0,3% de los encuestados menciona las pensiones como el principal problema del país. Figura en el puesto número 13 de las preocupaciones de los españoles. Las pensiones, gracias a las que muchas familias han capeado menos que mal la crisis, tienen menos interés que el terrorismo internacional, la corrupción, el fraude, los partidos políticos, los bancos o la inmigración, entre otros.

Todos los partidos, que sin duda repetirán con mínimos matices sus programas electorales de diciembre, eluden hacer, con mayor o menos consciencia, propuestas concretas sobre las pensiones, más allá de una garantía genérica, que tampoco significa nada. A finales de abril, el número de pensionistas en España alcanzaba los 8.524.591 y solo en los últimos 12 meses han aumentado en casi 100.000 y el ritmo de crecimiento, no solo se mantendrá sino que se acelerará. La pensión media ronda los 900 euros, pero la media de los nuevos pensionistas se acerca a los 1.400 euros mensuales. Eso representó un gasto total en pensiones en el mes de abril de 8.445 millones de euros, lo que equivale a unos 121.000 millones anuales.

El futuro de las pensiones no está en peligro. Cualquier gobierno, del color que sea, las garantizará, pero no puede hacer lo mismo con su poder adquisitivo, que está en peligro como apunta ahora Marko Mrsnik en un informe de Standard & Poor's, en el que reclama que las reformas que garanticen la sostenibilidad de las cuentas públicas deberán "estar adecuadas con otras medidas para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo en los mayores". El Gobierno y gran parte de la oposición -todos excepto Podemos y su entorno- son conscientes del problema, pero tampoco nadie hace nada por temor a sus adversarios políticos y, sobre todo, ante el desinterés aparente de la sociedad. Sin embargo, el problema sigue ahí y como, a pesar de todo, se atreven a decir algunos en el PP y en el PSOE, precisa con urgencia de un gran acuerdo político.Quizá ahí, en un problema real, aunque quizá poco percibido, esté el germen de una gran coalición, incluso a tiempo parcial, como tanto empleo.Ocurrió en Alemania, con las reformas de Schroeder, que apoyaron los conservadores. Eso sí, cuando la política alemana no estaba sentimentalizada como ocurre en España.