El resultado de una exposición polémica
Las memorias del futuro
La exposición del Born era una oportunidad para reflexionar sobre la impunidad, obviada hace años
Joan Carles Gallego
Exsecretario general de CCOO de Catalunya
JOAN CARLES GALLEGO
Estos días varios hechos hacen pensar sobre el valor de la memoria pública y de la historia. Lo más significativo es la polémica en torno a la exposición 'Franco. Victòria. República. Impunitat i espai urbà' y el ataque a una de las piezas. Pero también han pasado otras cosas relacionadas con la memoria. La inauguración de la calle de Antonio Ruiz Villalba, obrero de la SEAT asesinado en octubre de 1971 por las fuerzas policiales durante una protesta obrera en la fábrica. Los 40 años de la huelga general de Sabadell o las movilizaciones obreras y sociales que impidieron la continuidad del régimen. O la exposición 'Esto me pasó. Tortura e impunidad', en el marco del programa diseñado en el Born por el Ayuntamiento de Barcelona, que pretende explicitar que el franquismo existió, dispuso de complicidades sociales y personales y ha permanecido interesadamente impune.
La exposición del Born era una acción cultural dirigida a la ciudadanía que trataba de abrir una reflexión pública sobre la falta de responsabilidad política exigida y la imprescindible relación entre ética y política, entre medios y fines. Pero la polémica se ha centrado en la ubicación y el ataque a la estatua del dictador. Y con ello, se ha alejado la posibilidad de debate que pretendía la muestra y que conecta con las políticas públicas de memoria que las principales entidades de memoria -Associació d'Expressos Polítics de Catalunya y Amical de Mathausen- vienen reclamando.
UTILIZACIÓN DEL PASADO
Es legítimo que los proyectos políticos confronten visiones sobre nuestro pasado, pero sin utilizarlo políticamente. No debería existir una memoria única. Esto conlleva hablar de una memoria 'oficial', propia de estados que niegan a la ciudadanía la pluralidad y el derecho al conocimiento del pasado a partir de su libre razonamiento y reflexión en torno al significado del pasado en el presente. El escenario del presente no representa el del pasado. Esa lógica alimenta comportamientos intolerantes y reaccionarios, que niegan la diversidad actual.
En CCOO nos hemos ganado un patrimonio ético desde la dictadura hasta hoy. Comprometidos con mantener viva la memoria de quienes vivieron y lucharon en aquellos años, queremos hablar del antifranquismo, entender su complejidad y transmitir a los más jóvenes lo que aún puede tener validez de la experiencia: la democracia se conquista, no es una concesión; es un proceso en permanente construcción.
Lamentamos haber perdido la oportunidad que brindaba la exposición del Born de profundizar en el conocimiento y reflexionar sobre una realidad, la de la impunidad, obviada hace demasiados años. No podemos compartir el estímulo a acciones, en las redes o en la calle, de personas o grupos que usan una muestra para atacar al gobierno municipal. La política son gestos, pero hacer política no se reduce a gesticular. Quizá más exposiciones y memoria pública nos ayuden a entender las complejidades con respeto, tolerancia y con compromiso.
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