El epílogo

Las maletas de Corbacho

ENRIC Hernàndez

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En la primavera del 2008, recién nombrado ministro de Trabajo, Celestino Corbacho confesaba en reuniones discretas lo que sus superiores aún negaban incluso en privado: que la tormenta perfecta de la crisis, desmentida en la campaña electoral por el líder del PSOE, estaba a punto de descargar sobre España un copioso aguacero que arrastraría cientos de miles de empleos. Fichado por José Luis Rodríguez Zapatero para gestionar el fenómeno de la inmigración desde una óptica menos beatífica que la de la ortodoxia del PSOE, de golpe Corbacho estaba llamado a gestionar las colas del paro, la congelación de la pensiones y, por bien poco, hasta el retraso de la edad de jubilación.

Para el exalcalde de L'Hospitalet, el último trago amargo será la huelga general del día 29. Poco después, solo o en compañía de su colega de Sanidad, Trinidad Jiménez, cerrará al fin su piso oficial en Madrid para integrarse en la candidatura del PSC. Corbacho propuso a José Montilla acompañarle en la lista el 4 de agosto -no por azar, poco después del plantón de Antoni Castells- y pactó su relevo hace bien poco con Zapatero. Lo que siempre le permitirá sostener que su cese nada tuvo que ver con el paro general del 29-S.

Las maletas del pronto exministro, con todo, esconden varias incógnitas. Propuesto como candidato por el bastión socialista del Baix Llobregat, ¿ocupará el número dos de la lista, tras Montilla, o su condición de exministro pesará menos que la voluntad del PSC de presentar caras nuevas, como la de Laia Bonet? ¿Será el Parlament el retiro dorado del antaño capitán del PSC o la plataforma desde la que influir -o intervenir- en la crisis interna que provocaría en el partido un descalabro electoral?

La cuota del PSC

Hasta que no sepa, el 3 de octubre, si su patrocinada ha ganado las primarias en Madrid, Zapatero no podrá desvelar la otra gran incógnita: si se limita a cubrir las dos vacantes o si afronta un ajuste ministerial de mayor calado que dé brío a su Gobierno y que, en vísperas de las elecciones catalanas, consolide o refuerce, cuantitativa o cualitativamente, el peso del PSC en el Gobierno.