EL DEBATE

Las formas de la violencia

El orden legal necesita aplicar medios violentos para lograr sus fines, pero cuando solo se conserva a través de la violencia muestra una gran fragilidad e inestabilidad interior

oriol junqueras

oriol junqueras / periodico

Olga Grau

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay cosas que nunca desaparecen. Entre ellas, la violencia. Hoy vuelve a escena como consecuencia del conflicto catalán. Para que se puedan imputar los delitos de rebelión y sedición es necesario, según el código penal español, que haya concurrido violencia. Qué se considera violencia y quién la ejerce legítima e ilegítimamente es algo sobre lo que reflexionar más allá del simplismo de buenos-malos. ¿Son actos violentos caceroladas, manifestaciones públicas y llamadas a la desobediencia del orden legal? ¿Lo son menos las cargas policiales del 1-O avaladas por un auto judicial para cumplir con la legalidad? ¿Es violencia el ingreso en la cárcel de políticos no condenados?

El filósofo coreano Byung-Chul Han, una de las voces más potentes en el ámbito de la filosofía contemporánea, sostiene que la violencia lejos de desaparecer varía según la constelación social, muta de visible a invisible, de frontal a viral, de directa en mediada, de real en virtual y de física en psíquica.

En su ensayo Topología de la violencia (editorial Herder) hay un capítulo dedicado a derecho y violencia que debería leerse Mariano Rajoy, cuya vía política ha sido y es la judicialización del conflicto y la utilización de la Fiscalía. Afirma Byung-Chul Han que el orden legal pierde su efecto cuando no dispone de medios violentos para lograr sus fines. Pero si bien es cierto que el derecho requiere la posibilidad de la imposición de la violencia, no se basa necesariamente en esta, no es su esencia. 

Inestabilidad interior

Para este pensador, pero también para Hegel y Walter Benjamin, la violencia no mantiene nada unido. De ella no brota un sostén estable. Una presencia masiva de la violencia es más bien un signo de inestabilidad interior. «Un orden legal que solo se conservara a través de la violencia se revelaría muy frágil. Solo un sostén estable da lugar al consentimiento de un orden legal. La violencia aparece en el momento en el que sostén desaparece completamente del orden legal».

Aristóteles destacó que la amistad regula la vida social en común de un modo más eficiente, y sobre todo menos violento, que el ordenamiento jurídico. Amistad que hoy sería el equivalente al diálogo. Y cuando este falla, la violencia que surge no lo es menos por ser legal.