Carencias económicas en el sistema educativo

La universidad deberá esperar

Según las declaraciones de la 'consellera', todo indica que no mejorará la financiación de las depauperadas universidades públicas catalanas

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard / LEONARD BEARD

Albert Branchadell

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El 4 de febrero, Andreu Mas-Colell, 'conseller' de Economia con Artur Mas y de Universitats en el último Govern de Pujol, publicó un artículo de expresivo título en un diario de Barcelona: 'La universidad no puede esperar más'. Con tintes dramáticos, Mas-Colell explicaba cómo el sistema universitario catalán había sobrevivido al hachazo presupuestario de la Generalitat, cuya subvención al conjunto de universidades bajó de 922 millones de euros en el 2009 a 772 en el 2016. En su análisis, Mas-Colell consideraba que las universidades habían llegado al límite de su resiliencia, y abogaba por aumentar la subvención básica este mismo 2018 en el 5% (39 millones), y seguir haciéndolo durante los años siguientes, a fin de recuperar el nivel previo a la crisis. El tema no es menor: al decir de Mas-Colell, la financiación de las universidades es uno de esos temas del día a día "que marcan si el país se encuentra en el camino del progreso o del declive".

El futuro de la sociedad, en juego

El pasado 8 de mayo, Albert Vallespín, catedrático de la UB, publicó un artículo en el mismo diario de título repetitivo: 'La universidad pública no puede esperar más'. En él, Vallespín argumentaba que es el momento de "situar la universidad pública, como prioridad política, en el centro del debate, y por extensión proveerla de recursos suficientes y estables", y aprovechaba para celebrar que un "algunos de los ideólogos de los recortes en la universidad" (léase Mas-Colell) hubiesen reconocido que la universidad ya no puede esperar. Por su parte, elevaba un poco la apuesta: entre las prioridades más inmediatas, Vallespín proponía un incremento de financiación plurianual empezando por entre 45 y 50 millones de euros en el 2018. Según su punto de vista, no abordar estas prioridades supondría una irresponsabilidad, porque está en juego "el futuro de nuestra sociedad y la construcción de nuestro país".

Ahora que ya existe un Gobierno en la Generalitat, y que empieza a mostrar una cierta voluntad de gobernar, es un buen momento para comprobar si ya hay respuesta al llamado de Mas-Colell y Vallespín, que en esta materia no hacen otra cosa que actuar de voceros del conjunto de rectores y rectoras de las universidades públicas catalanas. Un ejercicio instructivo puede ser repasar el debate que tuvo lugar en el Parlament durante la comparecencia de la nueva 'consellera' de Empresa i Coneixement, Maria Àngels Chacón.

La 'consellera' tuvo el detalle de empezar hablando de las universidades, pero la verdad es que no concretó mucho los objetivos de la legislatura. En cuanto al tema clave de la financiación, remitió el asunto a los acuerdos que se tomen en el marco de un pacto nacional por las universidades de calendario impreciso y, por otra parte, sujeto a los avatares de una legislatura que no se antoja normal.

En el turno de intervenciones, algunos grupos parlamentarios pidieron compromisos más claros en el tema de la financiación universitaria. La diputada socialista Alícia Romero preguntó por el 'timing' del pacto por las universidades, y pidió a Chacón si el Govern estaría dispuesto a aumentar la subvención pública en 300 millones de euros en los próximos tres años. El diputado 'común' Xavier Domènech se expresó en tono parecido: para su grupo cualquier debate sobre la financiación de la universidad pasa de entrada por un compromiso claro del Govern en recuperar del gasto anterior a los recortes. El cupero Vidal Aragonés pidió "una apuesta clara por la financiación pública", sin la cual difícilmente se podrá tener una universidad de calidad para "todos y todas". En contraste, la intervención de la puigdemonista Teresa Pallarès fue antológica, tres líneas en el Diari de Sessions para decir: "Nos encontrarán en el pacto", a los de JxC.

La respuesta de Chacón no estuvo a la altura. A parte de la obviedad de que el Govern aboga por un sistema con suficientes recursos, todo lo que dijo es: "Cuando acabemos el pacto veremos exactamente qué implicación presupuestaria tienen todas las medidas y entonces lo negociaremos con el Gobierno". Gran contraste con su colega de gabinete Laura Borràs, que dos días antes había defendido elevar el presupuesto del Departament de Cultura de 240 a 320 millones de euros. Y ningún viso de prioridad política: así como aparecieron de la nada 20 millones para TV-3, Chacón no prometió ni 39 (Mas-Colell), ni 45/50 (Vallespín) ni 100 millones (Romero) para el sistema universitario catalán en el 2018. En definitiva: todo indica que a las depauperadas universidades públicas catalanas no les toca otra que seguir esperando.