IDEAS

La música es inmortal

Ringo Starr, en el Palau Sant Jordi

Ringo Starr, en el Palau Sant Jordi / periodico

Jordi Puntí

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La música es inmortal, sí, pero los músicos no. Por eso esta semana es noticia Ringo Starr, a punto de cumplir 78 años, haya actuado en Barcelona, y los Kinks anuncien que sacarán un nuevo disco. ¿Es sin embargo una buena noticia? Supongo que sí, sí. Ray Davies (74 otoños, más que primaveras) contó que les inspiró el empuje de los Rolling Stones... Durante años pensé que el pop-rock de geriátrico era un terreno espinoso. El dilema entre elegir una retirada digna o una carrera hecha de nostalgia, repetición y divismo, a menudo creaba monstruos: músicos sin voz, hinchados, que subían al escenario persiguiendo un recuerdo. Con el tiempo me he dado cuenta de que al final el panorama musical es un ecosistema propio y si Charles Aznavour actúa en el Liceo con 93 años, y la gente lo va a ver, significa que está vivo.

En su crónica en este diario del concierto de Ringo Starr, Jordi Bianciotto pedía un respeto para el batería de los BeatlesRingo Starr Jordi Bianciotto, y yo lo entiendo. Con sus canciones en solitario no haríamos ni un disco de grandes éxitos -eso lo digo yo-, pero nadie le puede restar el mérito y el privilegio de haber contribuido a transformar la música pop.

La música también es un ejercicio de memoria entre quien toca y quien la escucha, y precisamente Paul McCartney domina como nadie este territorio sentimental. A su edad —76 primaveras, este sí—, diría que ya sólo le mueve la pasión por tocar y cantar y alargar esta emoción en lo posible. Lo hemos visto esta semana: McCartney salió en el programa de James Corden -Carpool Karaoke- y su charla dentro del coche la han visto en Youtube millones de personas. Mientras transitaban por Liverpool, retornaban a los escenarios de las canciones, como Penny Lane, y las cantaban juntos. Entraban en la casa donde Paul vivió de pequeño y éste recordaba la sonoridad del inodoro o tocaba en el piano de su padre When I'm sixty-four. La emoción estaba todo el rato a flor de piel, con la autenticidad de saber que muchas de esas canciones llevan medio siglo transformando a quien las escucha -y parecen nuevas-. Como decía el mismo McCartney en un momento del programa, casi asustado: "¡Es legendario!".