Ni Kosovo, ni Escocia

Más que a los balcanes o a la Gran Bretaña, Mas debería fijarse en Euskadi para refundar CDC

El 'president' Carles Puigdemont, en el pleno del Parlament.

El 'president' Carles Puigdemont, en el pleno del Parlament. / periodico

JOAQUIM COLL

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Catalunya es el único sitio donde a un político destronado se le hacen entrevistas por todo lo alto a los 100 días de haber abandonado el poder. Ayer, TV3 batió el récord con 1 hora de conversación entre Artur Mas y la periodista Lídia Heredia. Tanta devoción por el 'expresident' tiene mucho que ver con una cosa que él mismo deslizó en la entrevista cuando dijo, aludiendo a su renuncia a presidir la Generalitat, “con esa decisión se protegieron un montón de cosas”. Se refería a toda la maquinaria de poder que estaba en juego en el caso de que se hubieran convocado nuevas elecciones tras tan sonoro fiasco. El temor a unos resultados que hubieran consumado la división del separatismo y la muerte del 'procés'. CDC no tenía alternativa y Mas tampoco. Se trataba de conservar el poder y ganar tiempo hasta poder reformular el programa ilusorio de los 18 meses de JxSí. Por eso resulta tan irritante que el 'expresident' pretenda dar lecciones de “madurez, generosidad y sentido de Estado” a los políticos españoles que no han sido capaces de evitar que volvamos a las urnas el 26-J.

La tarea principal de Mas es ahora en CDC, pilotando su refundación. El objetivo es alejar al nuevo partido del pujolismo y el 3%. Ahora bien, aunque cambie de siglas, regirá el principio de sucesión de empresas, y las sedes embargadas continuarán estándolo hasta que la justicia resuelva. Políticamente, lo esencial es si la nueva Convergència logra diferenciarse de ERC, su principal competidor electoral, tanto en cuestiones socioeconómicas como en la hoja de ruta soberanista que, por ahora, ambas fuerzas comparten. Este es el punto más delicado porque dentro de poco se habrá consumido la cuarta parte de esta legislatura supuestamente excepcional. Fíjense que, en menos de 10 días, Carles Puigdemont ha reconocido dos cosas. Primero, si para culminar el plan del Govern hacen falta otros 18 meses, los utilizará sin problemas. Añade, sin embargo, que se trataría solo de “prórrogas técnicas”. Curioso eufemismo para anunciar un plan de rebajas. Segundo, ayer mismo admitía una importante novedad, si no puede culminar la desconexión prometida en este tiempo no descarta presentarse a las próximas elecciones, que ya no serán constituyentes.

El abandono de la vía unilateral es palpable, pero las contradicciones reaparecen de forma inevitable. La desafortunada alusión a Kosovo que Puigdemont hizo esta misma semana como respuesta al fracaso de su viaje a Bruselas, por ejemplo. También Mas es errático. Primero reivindica la vía escocesa pero, ante la evidencia de que no habrá referéndum, fantasea con que los acreedores internacionales obligarán a negociar la secesión de Catalunya para poder cobrar la deuda española y salvar el euro. Ni Kosovo ni Escocia. En la refundación de CDC el 'expresident' debería prestar más atención a Euskadi.