Juntos podemos construir un proyecto colectivo e inteligente

Juntos podemos construir un proyecto colectivo inteligente y comprensible

Juntos podemos construir un proyecto colectivo inteligente y comprensible / rgl

Miquel Iceta

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Antes de comentar brevemente lo que pienso, quisiera recomendar a todos la lectura de dos textos de referencia. El primero, la Declaración de Principios del <strong>PSC</strong> aprobada por unanimidad en el 11º Congreso del PSC celebrado en 2008 y conmemorando el 30º aniversario de la unidad socialista. El segundo es la resolución política aprobada por el Consejo Nacional del PSC para práctica unanimidad el pasado 14 de julio. Si a estos dos documentos se añade la resolución política del último Congreso del partido celebrado en diciembre del año 2011 y el programa electoral con el que nos presentamos a las elecciones al Parlament de Catalunya celebradas en noviembre del 2012, tiene el marco de referencia en el que nos movemos.

Lo digo porque puede parecer que el PSC no tiene una posición política clara, y creo que no es así: el PSC defiende un proyecto federal y la celebración de un referéndum o consulta legal y acordado sobre el futuro de las relaciones entre Catalunya y la resto de España. Creo que es perfectamente posible construir un proyecto colectivo, inteligente y comprensible a partir de estos elementos: socialdemocracia, catalanismo, federalismo y europeísmo. Y, sí , como decía en el proceso de preparación del último Congreso, juntos podemos.

Historia

Dicho esto, es evidente que la polarización política que se está viviendo en Catalunya, atizada por una falta de propuesta clara para superar el trauma causado por la sentencia del Tribunal Constitucional, la percepción de un trato fiscal injusto, la falta de respeto a la realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüe del Estado, así como la tensión añadida por los intentos recentralizadores del Gobierno del PP, definen una tensión política que pone a prueba el proyecto del PSC como nunca en la historia. El PSC se fundó teniendo especialmente presente la necesidad de asegurar la unidad civil del pueblo de Catalunya, se trataba de evitar cualquier peligro lerrouxista de desgarro comunitario.

El PSC se proponía defender un proyecto catalanista que, persiguiendo la transformación federal de España, permitiera la fusión de personas y sectores con diferentes sentimientos identitarios o de pertenencia nacional, hubieran nacido donde hubieran nacido, hablaran el idioma que hablaran, pero comprometidos con el autogobierno de Catalunya y los elementos que han ido definiendo históricamente la personalidad nacional de Catalunya. Fue un proyecto de éxito, un éxito del que no solo nos podemos sentir orgullosos los socialistas, sino que ha prestado un gran servicio al país . Hay que preservar este espacio político común y esto solo lo puede hacer un proyecto de tipo federal.

Libertad

La construcción de este proyecto político compartido ha implicado desde el momento fundacional, la existencia de sensibilidades diferentes, tanto desde el punto de vista nacional, como desde el punto de vista social, como de la política de alianzas. El PSC quiere gobernar la complejidad desde el pluralismo y esto implica una gran disposición al diálogo interno y externo y acoger con naturalidad la expresión diferenciada de posiciones. Ahora bien, dicho esto, el PSC es un proyecto político que debe marcar su perfil, definido por las resoluciones de sus congresos y órganos de dirección, y que responde de los compromisos contraídos con la ciudadanía contenidos en los programas electorales con los que nos presentamos a las elecciones.

La acción del PSC no puede quedar permanentemente hipotecada por querellas internas que hay que resolver a través de los mecanismos democráticos del partido. El PSC tiene derecho a decidir un proyecto propio, no supeditado a otros, y a defenderlo a capa y espada, con un mínimo de cohesión y lealtad internas. Esto no implica que todos sus dirigentes y menos aún todos sus militantes, suscriban punto por punto el contenido de todas las decisiones, pero los ciudadanos tienen derecho a saber cuál es el proyecto del PSC, con independencia de que en el seno del PSC puedan expresarse en posiciones diferentes en cuestiones concretas.

Via Catalana

La gran discusión del verano, y lo seguirá siendo hasta la celebración de la Diada, es la participación o no en la cadena humana convocada por la <strong>Assemblea Nacional Catalana</strong>. Desde mi punto de vista, la cuestión es tan clara como sencilla: el PSC como tal no debe participar en esta movilización concreta porque no comparte el objetivo último. Basta con leer el lema de la convocatoria y escuchar los convocantes: "Via catalana cap a la independència". Como el proyecto del PSC no es la independencia, el PSC no participa en la cadena, no puede quedar encadenado a un proyecto que no es el suyo.

Los militantes del PSC, antes que militantes son ciudadanos y tienen derecho a manifestarse como quieran, es un derecho recogido en la Constitución española . Lo mismo ocurriría en un referéndum, el PSC podría tener una posición determinada pero sus miembros tienen derecho a votar lo que quieran. ¡Solo faltaría! ¡Qué poca memoria tenemos! ¿No recordamos el referéndum de la OTAN? En fin, una discrepancia sobre esta cuestión no debe dividir pero, insisto, los ciudadanos tienen derecho a saber cuál es la posición del PSC con independencia de la posición de uno u otro dirigente.

PSC-PSOE

Desde este punto de vista, quiero remarcar aquí que la dirección del PSC encabezada por Pere Navarro (de la que no formo parte , pero de la que me siento absolutamente solidario) ha sido la más valiente en el momento de afrontar debates como el de nuestra autonomía con respecto del PSOE (con una sonada votación en el Congreso). También con la adopción de posiciones avanzadas sobre el ejercicio del derecho a decidir que, recordémoslo, no fue debatido en el último Congreso del partido, y en la definición de un proyecto federal para España que ha llevado al PSOE, por primera vez en 30 años, a adoptar una posición favorable a una reforma constitucional empujada por unos principios claros establecidos en el documento aprobado en Granada "Hacia una estructura federal del Estado", del que destaco dos citas : "Creemos que en el federalismo se ubican las mejores soluciones para reconocer, respetar e integrar las diversas aspiraciones nacionales que conviven en España" y "Los que siempre hemos defendido la Constitución y el Estado autonómico planteamos actualizarlo y perfeccionarlo en una perspectiva federal, porque el federalismo debe ser el modelo definitivo de nuestra organización territorial".

Una reforma federal a la que, por cierto, se pretende incluir un tratamiento de las "competencias derivadas de las singularidades propias de las nacionalidades históricas" y, en el caso de Catalunya , "Entre los hechos diferenciales y competenciales recogidos por los propios Estatutos, sobresalen los derechos históricos que el Estatuto de Catalunya recoge en su Artículo 5".

Sector 'catalanista'

Llevo muchos años en el partido como para no reconocer algunos síntomas antiguos. Hay quien quiere hacernos el debate desde fuera del partido y también hay quien quiere dividirnos interesadamente entre buenos y malos, con la utilización sesgada del calificativo "catalanista". En el PSC habría catalanistas, pocos y arrinconados, y españolistas, todos los demás . Esto ya ocurrió con Joan Reventós (¿cuántas veces se tuvo que oír decir traidor? ) , Raimon Obiols ( ¿cuántas veces se tuvo que oír decir 'botifler'? ) y también Maragall, por supuesto Narcís Serra o José Montilla. Algunos han tenido la tentación de definir siempre el catalanismo de tal manera que dejara el PSC, o una buena parte del PSC, fuera.

Ahora, la cosa es más evidente aún, si no eres independentista, no eres catalanista . Desde fuera pueden venir intentos de ataque y división; este verano ya ha habido quien nos ve " basculante hacia el fascismo" ( sí, os parecerá increíble, pero sí, véase la contundente respuesta de Ferran Pedret a este ataque).

Quiero pedir que estos intentos no encuentren ni complicidad ni comprensión desde dentro del propio partido. Los compañeros y compañeras que sean bautizados como catalanistas de forma interesada, son los primeros que tienen que combatir esta pestilente maniobra por respeto al resto de compañeros del partido, y también por respeto a ellos mismos porque, en el fondo, les están diciendo que son cómplices de los enemigos de la patria.