Los presupuestos de Catalunya

Junqueras y las cuentas

Hay quien puede sentirse tentado a incentivar la paranoia para tapar su propio inmovilismo

Oriol Junqueras y Artur Mas, en los pasillos del Parlament en la pasada legislatura.

Oriol Junqueras y Artur Mas, en los pasillos del Parlament en la pasada legislatura. / periodico

ANDREU PUJOL MAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De unos días a esta parte, desde algunos sectores del PDECat y su entorno comunicativo, se intenta difundir bajo mano la idea de que Oriol Junqueras está procurando impedir la aprobación de los presupuestos. Dice esta teoría de la conspiración que, como las encuestas lo sitúan vencedor en unas elecciones autonómicas, el vicepresidente tendría interés en dinamitar todo y precipitar la foto.

Cualquiera que conozca mínimamente a Junqueras, y a los que le rodean, sabe que entre esta afirmación y la realidad no hay ningún tipo de correspondencia. Al contrario: en la Conselleria d’Economia i Hisenda se respira malestar y decepción por el hecho de encontrarse en medio de la intransigencia de unos y otros. Pero si solo nos centramos en el uso de la lógica más simple, entenderemos enseguida que el punto donde se encuentren los negociadores de PDECat y la CUP es muy probable que sea del gusto de ERC en términos ideológicos. Si prestamos atención a las propuestas de los 'cupaires', encontramos una subida del IRPF en determinados tramos. Junqueras defendió, en mayo del 2016, que las rentas más altas deberían tener un gravamen superior. Pocos días después, tanto Carles Puigdemont como Neus Munté salieron públicamente a decir todo lo contrario.

IMPUESTOS Y JUEGO

Otra de las peticiones de la CUP es la supresión de la rebaja de los impuestos sobre el juego que aprobaron CiU y PSC en el 2013 para contentar a los impulsores de BCN World. En ese momento, ERC votó en contra de esta medida y Junqueras señaló que, si fuera por él, incluso prohibiría el juego. «Rebajar los tipos sobre el juego es una mala decisión. Es incentivar algo que a mí me parece que sería mejor que no existiera», dijo.

Ante la evidencia de los hechos objetivos, hay quien se puede sentir tentado a incentivar la paranoia para tapar su propio inmovilismo. Como ocurre en las trifulcas de discoteca, el primero en recibir es el que se pone en medio a intentar pacificar, pero esto no puede ocultar el hecho de que hay dos que se están peleando