PEQUEÑO OBSERVATORIO

Jugando con los nombres de persona

Ya no existen las denominaciones populares que existían en la Barcelona del siglo XIX

Niños dibujando en el espacio Cómic Kids, con Lorena Álvarez.

Niños dibujando en el espacio Cómic Kids, con Lorena Álvarez. / periodico

Josep Maria Espinàs

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Todos tenemos un nombre de pila. Quizá las nuevas generaciones no han oído esta expresión. Hoy se habla de nombres y apellidos, y eso es lo que se exige cuando se debe hacer una petición a un organismo público, debemos incorporar a una entidad o suscribirnos a un diario.

Cuando era joven, 'Espinàs' era suficiente para identificarme, era un apellido que llevaba muy poca gente, si no me equivoco un par de familias. Se comprende la rareza, porque era un nombre procedente del Rosselló.

Pero volviendo al nombre de pila, cuando yo era adolescente era popular esta expresión: "De Joseps, Joans i ases n'hi ha a totes les cases". La situación ha cambiado. No es que se hayan multiplicado los asnos, el hecho es que han aparecido, en privado y en público, una serie de nombres de personas que no eran habituales y a menudo son contracciones o recortes.

¿La chica que se llama Ona ha descabezado 'Mariona' o hace referencia a una ola? Por cierto, es un nombre absolutamente líquido: 'mar' y 'ona'.

Lo que es seguramente un acortamiento: Mercedes es Merche, Josefina es Fina, Isabel es Isa o Bel... Es evidente que hay una tendencia a acortar los nombres cuando la referencia es verbal. Mi editora, a veces, me dice 'Espi'. Reconozco que mi 'nas' no es publicable.

Ya no existen las denominaciones populares que existían en la Barcelona del siglo XIX. 'El Pepet de les Candeles', 'La Marieta enfarinada', 'El cec Antonet', 'L'Agutzil morros'. A nadie se le ocurriría, hoy, ir diciendo: "¿Espinàs? 'Molta pipa i poc nas'". La extravagancia es una manera de decir que existes. Cuando una extravagancia se convierte en moda, hay que adoptar otra. Hay un buen repertorio de Josefas: Pepa, Pepita, Pepeta, Pepona... Ahora han perdido fuerza las extravagancias. Ahora lo llamamos, respetuosamente, "diversidad".