Gente corriente

Judith Viudes: «Tengo todos los números para ser un bebé robado»

Víctima de una adopción irregular. Un testimonio más del tráfico de niños en la España de los años 70.

«Tengo todos los números para ser un bebé robado»_MEDIA_1

«Tengo todos los números para ser un bebé robado»_MEDIA_1

GEMMA TRAMULLAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El secreto sobre el origen de Judith se ha alimentado de silencios, medias verdades, mentiras y suposiciones hasta convertirse en un monstruo.

-De niña me hacían rezar por mis padres biológicos, porque decían que estaban muertos, pero nunca me daban detalles de mi adopción. Cuando yo preguntaba y mi padre iba a decirme algo, mi madre le hacía callar. A los 18 años fotocopié a escondidas mi partida de nacimiento.

-¿Y?

-Solo figuran mis padres adoptivos y la comadrona que atendió el parto, María José S. A., conocida como la Pepa. No hay hospital y la fecha de nacimiento, el 10 de abril de 1974, no me cuadra. Por lo que luego me contó mi padre, calculo que nací en marzo. Todo es un supongo: supongo que nací en marzo, supongo que tendré hermanos…

-¿Nunca ha podido hablar de esto con sus padres?

-Hasta que murió mi madre, no, y de eso hace siete años. Entonces le pregunté a mi padre: «¿Qué ocurrió? ¡Explícame!» Tras mucho insistir, me contó que les denegaron una adopción porque eran muy mayores -yo tengo 36 años y mi padre 84. Entonces conocieron a la comadrona y, de un día para otro, vinieron unos señores de negro a casa, llevaron a mi padre al domicilio de la comadrona y él pagó 60.000 pesetas.

-Se quedaría de piedra al oírlo.

-Me lo imaginaba. Si tanto interés tenían en ocultarlo, es que había algo detrás. «¡Búscame a esa María José! Lo necesito», le pedí a mi padre. Pero hace años que tiene alzhéimer.

-¿Eso quién se lo ha dicho?

-Mi padre. En internet descubrí que esta mujer vivía en las barracas de La Perona. Eso fue antes de Navidad del año pasado. «¡Vengo de una barraca, papá!», le dije. Él se quedó parado: «Tu madre tenía cuatro o cinco hijos más y vivía en las barracas, sí».

-Se lo confirmó, entonces.

-Estoy segura de que eso fue lo que le dijeron a él, pero es que tampoco me cuadra. ¡No hay ninguna verdad! Que la comadrona atendió el parto en la barraca, me dijo. ¡Pero si estábamos en 1974, no en el 1900! Y que pasé varios días en casa de la comadrona antes de que me entregaran. ¿Por qué? Y está lo del dinero.

-Pudo ser una adopción ilegal y no necesariamente un bebé robado.

-En un principio, yo también lo creí. Pero dejé mi número de teléfono en varios foros de internet y un día me llamó una persona que conocía a la familia de la comadrona y me dio nombres. Estamos hablando de monjas y de gente influyente.

-Pero no tiene pruebas.

-Algunos han muerto, otros no quieren hablar. Allá por donde empiezo a investigar,pum, se me corta.

-¿Cuál es su hipótesis?

-Que a mi madre biológica le dijeron que había nacido muerta o que me entregó contra su voluntad, que la comadrona me sacó del hospital y que me llevó a su casa hasta que encontró dónde colocarme. Tengo todos los números para ser un bebé robado. Están saliendo casosa punta palay todos con el mismo patrón: dinero de por medio, sin hospital, una comadrona, una monja o un mosén, gente influyente. Todo es lo mismo.

-¿Cuál es el siguiente paso?

-La Asociación de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) nos sugiere a los que buscamos padres, hijos y hermanos que nos hagamos las pruebas de ADN para que se puedan cruzar los datos y nos podamos encontrar. Es lo que voy a hacer.

-¿Qué sentimiento tiene hacia sus padres adoptivos?

-Estoy encantada. Di con unas buenísimas personas que me han protegido a capa y espada. Nunca me ha faltado de nada.

-Le ha faltado la verdad.

-Sé que lo hicieron con buena fe porque querían un hijo y a ellos también les engañaron, pero a mí jamás se me ocurriría comprar un bebé. Es un ser vivo que recuerda, que buscará su sangre, venga de gitanos búlgaros, de andaluces o de catalanes. Han comerciado con vidas humanas. No somos perros, somos personas. Y esto a la larga sale, porque las personas tenemos memoria.

-Usted tiene tres hijos.

-Justamente porque me crié como hija única y me hubiera encantado tener hermanos, más que cualquier cosa. Mi padre está mayor y siento que me quedaré sola por esa parte.

-¿Cree que los encontrará?

-No lo sé. No sé lo que es abrazar a un hermano y, si los encontrara, me pondría a llorar como una niña.