¡Ufff!, ¡Ufff! y ¡Ufff!

JOSEP MARIA POU

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De pronto, en apenas cuatro días, todo coincide: DraghiBárcenas, la cumbre de Davos, la convención del PP, la caída del euro, las elecciones griegas y el sursum corda. ¡Uffff!

El Sr. Draghi aprieta el botón de hacer billetes y ya somos todos ricos: crecemos por encima del 2%, el paro disminuye en mucho miles, la prima cae por debajo de los tres dígitos, el bono se coloca a los intereses más bajos nunca vistos, y en Madrid sonríe el PP, justo al inicio de su Convención Nacional.

Pero -¡oh, casualidad!- Bárcenas sale de la cárcel y entra en combate: coge el kalashnikov, apunta, dispara certero, y en Madrid tiembla el PP, justo al inicio de su Convención Nacional.

Sonríen. Pero tiemblan. Tiembla Rajoy. Tiemblan, por mucho que sonrían -¡dientes, dientes!- CospedalPonsFloriano y Botella, mientras se acuerdan de Ruz por lo bajinis.

Al mismo tiempo, en el PSOE juegan a ponerse la zancadilla, con la vista puesta en el sur. Los de Izquierda Unida andan a la greña, por un quítame allá esa Tania. Los de Podemos, en Grecia, repartiendo abrazos. Y en Barcelona, Ciutat morta, ciudad conmocionada desde el pasado sábado, (enhorabuena gigante a los autores del documental) el estupor, la indignacion y la tristeza se imponen al frío de los días. Buen fin de semana nos espera, pegados a las noticias: con tantos frentes abiertos, el espectáculo está servido.

Llegados aquí, me pregunto: ¿Por qué les hablo de todo esto? Intento ser sincero en la respuesta: no lo sé. Me gustaría, claro, hablarles de otras cuitas mas personales, con la confianza de saberme igualmente escuchado y compartido. Pero no consigo sustraerme a la presión ambiente y al bombardeo de los medios. Los mismos nombres, los mismos temas, los mismos datos, a todas horas, machaconamente. Al igual que minerales y plantas, me mimetizo con el entorno. Y me siento como si me hubieran secuestrado y alguien se entretuviera en irme vaciando, poco a poco, de lo mío, para llenarme, a la fuerza, de lo suyo.

Para colmo, con la caída del euro, el dólar cobra fuerza, el viaje de huída a Nueva York cuesta ahora un ojo de la cara y las entradas de los teatros de Broadway están por las nubes. ¡Uffff!

Poco consuelo. Bueno, sí, uno: con la liberalización del franco suizo a los muy muy ricos les sale también más caro acercarse a Suiza, ya sea a esquiar, ya sea a folgar, ya sea a ocultar. Está bien que, por una vez, ellos también tengan su ¡Uffff!