MIRADOR
A tres semanas del final
Hay pánico a que ninguna de las dos listas independentistas logre el tercer puesto en número de votos
El separatismo afronta las elecciones de este domingo en malas condiciones. No solo va dividido, sino que el hecho mismo de presentarse resulta incongruente para una parte de su electorado, que se pregunta si tiene sentido tras haber proclamado la vía unilateral. Aquí nuevamente los de la CUP se muestran más coherentes. Para salvar esa contradicción, los republicanos se han visto forzados a prometer que será la última vez. Que ahora van solo como "delegación diplomática, no para hacer política parlamentaria". Hay que sacarse el sombrero ante Gabriel Rufián, que ha pasado en un periquete de cobrar el paro a ser diputado en Madrid como anticipo de un lustroso cargo en la embajada de la inminente república catalana.
Por su parte, Francesc Homs responde a esa pregunta con una sonrisa más cínica. Se trata de buscar "el diálogo, la negociación y el pacto", pero solo para acordar la independencia y sin descartar una DUI si España no atiende a razones, aclara. Tanta bravuconada es ridícula cuando, hace poco, el 'conseller' Andreu Mas-Colell se mostraba dispuesto a "arrodillarse" para cobrar el FLA. Anteayer, el Gobierno pagó 3.000 millones a la Generalitat para atender las 270.000 facturas pendientes de farmacias, conciertos sanitarios, servicios sociales y ayudas a la dependencia.
La farsa se convierte en drama porque las hojas del calendario van cayendo y estamos ya solo a tres semanas de la convocatoria automática de nuevas elecciones. Estos días, convergentes y republicanos han insuflado ánimo a los suyos con la ilusión de que el acuerdo con la CUP es "probable", según Oriol Junqueras. Homs es el que más ha jugado a hacer creer eso, hasta el punto que los anticapitalistas han tenido que salir duramente a desmentirlo.
Entre tanto, los medios públicos catalanes han presentado a antiguos terroristas que apoyan el pacto de investidura como represaliados y les llama independentistas "gran reserva". Hay pánico a que el domingo ninguna de las dos listas logre el tercer puesto en número de votos, aunque sí en escaños gracias a la sobrerrepresentación de Lleida y Girona, y a que la otra solo quede por delante del PP. Un mal resultado puede acabar de hundir al separatismo en el desconcierto porque los dos escenarios a la vista son malos.
Malo si la CUP se aviene finalmente a investir a Artur Mas, porque será a cambio de durísimas condiciones. El Govern resultante será débil e inestable. Malo si hay elecciones en marzo, porque el bloque separatista puede perder la mayoría absoluta cuando quede claro a ojos de muchos que el único plebiscito de verdad es de orden estrictamente personal. Su resultado se anticipa tan incierto como las generales del domingo. Pero, en Catalunya, el nacionalismo no está acostumbrado a la sensación de vacío. Sus desafíos siempre son sobre seguro. Lo mejor de todo es que estamos solo a tres semanas del final.
- Ocio y CulturaMuere la periodista Anna Pérez Pagès, rigor y compromiso con la cultura
- SociedadDestrozos, puñaladas y "fiestas con escorts" en los nuevos rascacielos de lujo de Madrid: "Me fui por miedo
- SociedadDani Alves acude a firmar a la Audiencia de Barcelona para cumplir con las medidas impuestas para su libertad
- TiempoActivada la prealerta del plan Inuncat por lluvias en varios puntos de Catalunya: "Puede superar el umbral
- SanidadLa tosferina se dispara en Catalunya: los casos de este año ya multiplican por 13 los de todo 2023
- BarcelonaVídeo | Las olas causadas por la borrasca 'Nelson' vuelven a comerse las playas de Barcelona
- Tráfico y transportesEstos son los cambios en el permiso de conducir para los mayores de 70 años
- PlanesReabre Panoràmic, las vistas más famosas del Maresme
Investigación en curso
EEUU avisó a Rusia de que "extremistas" planeaban atentar en Moscú
Novelas y 'booktok'