MIRADOR

Una izquierda troceada

Podemos, sin ser útil para echar al PP, puede contribuir a que el voto progresista se disperse

JOAQUIM COLL

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En mayo, España se tiñó de rojo y morado. Tras las elecciones municipales y autonómicas, en las que el PP perdió casi todos sus feudos territoriales, parecía que el cambio iba a llegar necesariamente por la izquierda. Esta legislatura ha estado marcada por la crisis social y el malestar ciudadano. Sin embargo, todas las encuestas coinciden en señalar que el terreno de disputa el 20-D no se sitúa tanto en la izquierda como en el centro del tablero político. Ciudadanos, en un tiempo récord, no solo ha arrebatado la tercera posición a Podemos, sino que sueña incluso con dar el campanazo la noche electoral. Tanto el sondeo de El Periódico como la macroencuesta que ayer dio a conocer el CIS, confirman el final del bipartidismo al situar al partido de Albert Rivera como una fuerza que ha entrado en abierta disputa con las dos grandes fuerzas. Aunque el número de indecisos es todavía muy alto, todo apunta a que la izquierda puede salir troceada de las elecciones entre los apoyos al PSOE, Podemos e IU.

Pedro Sánchez no está logrando capitalizar el voto útil por el cruce de dos factores. Porque Ciudadanos está escalando posiciones a pasos agigantados. Ahora ya no solo arrebata votos entre el electorado del PP, también le está quitando representación al PSOE en las provincias que cuentan solo con 3-5 diputados. Y porque Podemos ha dejado de hundirse y recupera posiciones en las grandes circunscripciones, particularmente en Catalunya y Madrid. Pablo Iglesias ha moderado muchísimo su discurso y es un eficaz comunicador en los debates, mientras Sánchez se parece en el fondo demasiado a sus dos más directos competidores, por razones generacionales, sin aparecer del todo como nuevo y fresco. Su gran oportunidad será en el cara a cara con Rajoy, en un único debate el día 14. El resultado, si creemos las encuestas, es que el cambio en España no va a llegar por la izquierda (PSOE con Podemos) o el centroizquierda (PSOE con Ciudadanos), sino por el centroderecha (gobierno del PP en minoría apoyado por Ciudadanos). Sería la gran paradoja final de una etapa en la que se ha dado una vuelta de tuerca más a la precarización laboral y al empobrecimiento salarial.

Pero el resultado no está ni mucho menos decidido, hay una bolsa de indecisos muy importante, como mínimo de un 30%. La campaña va a ser decisiva, sobre todo los debates. En intención directa de voto el PSOE está, según el CIS, a solo dos puntos del PP. Y en otras encuestas hay un triple empate con Ciudadanos. La lucha como casi siempre va a ser por el voto útil. Los socialistas siguen siendo los mejores situados para captar ese votante. Es una fuerza elástica, que podría recibir muchos apoyos, pero Ciudadanos le disputa ahora ese terreno. Y Podemos, sin ser útil para echar al PP, puede contribuir a que la izquierda quede profundamente troceada.