Vino de mi cosecha

La isla y el diccionario

JOSEP M. FONALLERAS

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EnLa mano del teñidor,W.H. Auden confesaba que, en el caso de ir a parar a una isla desierta, se llevaría un diccionario. Ningún otro libro, un diccionario, porque esconde múltiples posibilidades y porque es una fuente que no se agota nunca. El poeta inglés, por otra parte, era «el único hombre que tenía derecho a usar el diccionario como si fuera un asiento». Lo cuentaJoseph Brosdky, que dice que, en una cena en su casa,Stephen Spendercolocó dos volúmenes delOxford English Dictionarybajo el culo deAuden,como si fuesen cojines, porque se ve que la silla era demasiado baja. O sea, poca broma con los diccionarios. Son un reflejo de la época y de los hombres que los escribieron, de las disputas filológicas y de la manera diferente de ver el mundo. Una mezcla de sensibilidades y de prejuicios. Una lucha entre quien defiende el idioma como si fuera un castillo inexpugnable y quien cree que el mundo entero, con sus continuas vacilaciones, debe poder incorporarse con celeridad al corpus de la lengua. El diccionario, por definición, siempre irá atrasado en relación con el habla. Siempre habrá maneras diferentes y nuevas de nombrar las vivencias, los objetos, las relaciones humanas, los miedos, las codicias y los placeres. Y los poetas, que se sientan sobre el diccionario para elevarse, también lo dejan a un lado cuando les conviene para elevar la lengua, para atravesar las fronteras y dejarla unos metros más allá de donde la habían encontrado.

Leer un diccionario o saber la historia de las acepciones puede ser un ejercicio divertido y, en todo caso, siempre, aleccionador. Por ejemplo, en la primera versión delDiccionari General de la Llengua CatalanaquePompeu Fabrapublicó en 1932, el verbofollares definido como«prémer, aixafar trepitjant». Todavía ahora, en los ejemplos que da elDiccionari de l'Institut d'Estudis Catalanes, se puede leer:«Avui farem la verema y demà follarem», que es la frase ambivalente que escribióFabra.Con el paso del tiempo, sin embargo, las autoridades reconocieron que el verbo en cuestión significa asimismo«fer l'acte sexual amb algú», con lo cual el ejemplo es perfectamente válido para el mundo vitivinícola y el pornográfico.

Importancia de una 't'

La Real Academia Española también incorpora nuevos vocablos. En la elaboración de la 23ª edición delDiccionariode la RAE, informa a través de la web de las últimas novedades. Palabras que pensábamos que ya aparecían en él, comoantiespañol,o castellanizaciones de expresiones inglesas comolibro electrónico. Los criterios son, por lo menos, singulares, porque se aceptajet lagpero noe-book. Y, en el caso del adjetivoantiespañol, se refiere al que es «contrario a todo lo relacionado con España». O sea, los independentistas furibundos que se mueren de placer ante un jamón de Salamanca, lo tienen mal para compaginar ambas aficiones.

Puesto que el diccionario no es nunca inocuo, el problema ha surgido con la introducción de la palabraabertzalecomo «un movimiento político y social vasco: nacionalista radical». En la RAE ya aparecía, pero sin lat, que es como se escribe en euskera. De esta manera, la academia del español identifica, con la misma grafía, a un patriota con un radical, con todas las consecuencias que podemos imaginar. Los vascos han clamado al cielo porque no es una definición lingüística, sino política. Tal vezAudencambiaría de opinión y, a la isla desierta, se llevaría un barquito para escapar de ella.