Inteligencia en la política

Inteligencia política es una asociación conceptual que entiendo que pueda herir susceptibilidades, especialmente en supuestos de personas definitivamente desengañadas o escépticas de la política. Y, sin embargo, solo esta asociación puede devolver el pulso a quienes creen en ella.

Enfrentados a un futuro inmediato de penosas tribulaciones electorales, los socialistas tienen urgencia en emitir señales ciertas de reacción. Lo que implica, seguramente, olvidarse del regate corto como respuesta a cualquier eventualidad no prevista en el Catálogo de las Cosas Convenientes en época electoral.

No sería ninguna sorpresa queFerran Mascarell, exconcejal de Barcelona yexconsellerde Cultura, promoviera en algún momento una plataforma progresista de reflexión sobre Barcelona. Este movimiento debería ser celebrado en las dependencias barcelonesas del PSC como una oportunidad para recuperar iniciativa y centrar el debate público en el proyecto de ciudad que a día de hoy es dirigido en los términos, en los parámetros y con protagonistas de la familia socialista. Una historia de éxitos que presenta síntomas comprensibles de desgaste, lo que en sí mismo no predetermina una derrota.

Aceptar este debate en la calle, en los medios de comunicación y en el partido fortalecería el ámbito de decisión progresista, favorecería su proyección ciudadana y, automáticamente, ofrecería al alcaldeHereuun escenario para defender sus credenciales, más allá de las fotos de oportunidad de las inau-

guraciones (que nunca hay que desaprovechar,of course). El proyecto de ciudad vigente se revitalizaría con el desarrollo de esta reflexión, del que se desprenderían unas lecciones y, de estas, unas oportunidades y, llegado el caso, unas decisiones. Aplicando el Catálogo a una hipótesis constructiva, interpretándola simplemente en términos de competencia de poder, se opta por encerrarse en el castillo de la resignación, cómodo pero oscuro.