Al contrataque

La insoportable levedad culé

JORDI ÉVOLE

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Sí, lo reconozco, soy un sentimental. Y en estas últimas semanas me había puesto muy nostálgico, gracias al Barça. Tenía la sensación de haber entrado en el túnel del tiempo, de un tiempo inolvidable. Era el primer tiempo de un Barça-Espanyol. Mi padre y yo, que debía de tener unos 8 años, estábamos en el Camp Nou. Los periquitos ganaban 0-2. Entonces, al borde del llanto, quise largarme del campo. No aguantaba más. Pero mi padre me frenó. Dijo que no nos podíamos ir, que teníamos que quedarnos hasta el final, como buenos culés. Finalmente, perdimos el partido y, una vez más, también la Liga. Desde aquel día, y gracias a mi padre, soy del Barça, hasta el final. Y desde aquel día, y gracias al Barça, empecé a vivir momentos imborrables. No había manera de ganar una Copa de Europa, las ligas se las llevaba el Madrid y los árbitros tenían la culpa de casi todo.

Pero, ante tanta desgracia, la creatividad culé se disparaba. Recuerdo una pancarta que me hizo reír por no llorar. Dedicada al expresidente Núñez, estaba destinada a su mujer. Decía: Maria Lluïsa, llévatelo al cine. Poco después, llegó Cruyff al banquillo. Él sí que nos llevó al cine y nos salvó del desahucio. Fue la Ada Colau del Barça. Ganamos la primera Copa de Europa y cuatro Ligas, y haciendo un fútbol de dibujos animados. Nos sentíamos los amos del mundo pero, como buenos culés, a la mínima que algo no cuadraba volvían el desánimo y las críticas.

Y echaron a Cruyff. De nuevo, al paro en Europa. Y más dibujos desanimados. Menos mal que vino Ronaldinho. Nos hizo trempar, aunque no mucho rato. Su naturaleza no dio para más. Faltó viagra. Otra vez nos desinflamos, y a rajar y desconfiar. Entonces, se nos apareció Guardiola. El fútbol pasó de analógico a ser en HD. El equipo azulgrana se hizo con dos Champions y tres Ligas. Ya no nos sentíamos los amos del mundo, sino los creadores del mundo. Claro, teníamos a Dios padre y a Dios hijo: Messi. Solo faltaba el Espírito Santo, pero estaba de parte del Madrid: es un banco y lo anuncia Cristiano Ronaldo.

Volvieron las dudas

El Real Madrid, con Mou a la cabeza, poco a poco empezó a minarnos la moral. Y llegó el día del Milan, en San Siro. Malo, pensé, porque si este santo se apellida López, seguro que es merengue. Y los culés perdimos 2-0. Luego, el Real nos apeó de la Copa del Rey y nos derrotó en la Liga. Y, pese a liderar el campeonato con no sé cuántos puntos de ventaja, volvieron las dudas y las rajadas. Como esa en forma de pancarta que quitaron hace poco del estadi. Lógico, porque al autor no le quedó nada bien el Pinocho que pintó: se parecía más a Rosell que al personaje de ficción. Es que la junta es muy exigente. Por eso ha salido tan bien la grada de animación. De traca.

Mientras la culerada estaba de bajón, vino el Milan y le endosamos cuatro goles. Y se acabaron las rajadas. Pero tranquilos. Volverán. Que no sufran los sentimentales. Estamos condenados a la insoportable levedad del culé.