Peccata minuta

'Indepe' o facha

Ahora los matices no cuentan y a la que te descuidas te tildan de 'botifler' -fea palabra- o colaboracionista: 'indepe 'o facha

Un momento de la Diada del Onze de Setembre en Barcelona.

Un momento de la Diada del Onze de Setembre en Barcelona.

JOAN OLLÉ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sí, confieso que en los pequeños días previos al gran día, la Diada, temí que a lo largo de ella se produjese algún acto de provocación por alguna de las partes, e incluso me jugué una cena con mi amigo Joan, que felizmente he perdido. Una vez más, y van muchas, la 'pavloviana' y alegre ciudadanía independentista y su descendencia sacaron a pasear su ilusión y sus banderas hasta componer una cruz, un signo +, quizá en velada alusión al 'president' que tuvo que dar un paso al lado.

A pesar del signo positivo y de la proximidad del 1-O, parece ser que en esta ocasión los asistentes fueron menos que en anteriores cumpleaños, como ocurre en el Camp Nou cuando el equipo no está fino y la afición pita hacia el palco. Luego, los autocares, en perfecta caravana, devolvieron a los manifestantes a sus comarcas con la satisfacción del deber cumplido. ¿Incidentes? Tres banderas 'a l’ast', apenas trapos.

Perversos episodios nacionales

Entiendo que los anticatalanes de siempre estén encantados con la que está cayendo ahora como lógica consecuencia de otros perversos episodios nacionales: no hay dos sin tres y al final los lobos se han despojado de su disfraz de oveja, dicen. Viene de lejos que los catalanes somos 'seny' y 'rauxa', nobles metales que a lo largo de la historia han prestado grandes servicios tanto en aleación como por separado. Pero en los últimos tiempos, y tal vez por contagio, a nuestras virtudes nacionales se han sumado otras procedentes de la otra orilla: la picaresca y la chulería.

Y así estamos viendo como nuestras máximas autoridades se pasean como habilidosos ratoncitos en medio de los agujeros del queso del sentido común,  juegan hábilmente con las bolitas del trilero y discursean desde la retórica de Cantiflas o Groucho (la parte contratante...) hasta convencer a su fiel clientela de que los burros vuelan, las leyes son un artículo de broma y la Tierra tiene forma de plátano. El 'seny' ha muerto; vivan la mentira y la inocencia de quienes se la creen.

Los que llevamos aquí toda la vida intentando equilibrar meridianos y paralelos lo tenemos un pelín más crudo que los frikis del anticatalanismo, ya que ahora los matices no cuentan y a la que te descuidas te tildan de botifler –fea palabra– o colaboracionista: indepe o facha. Por repetidos hasta el hartazgo, ya no valen los argumentos; esto se ha convertido en un Barça- Madrid sin árbitro donde todo es emoción. Pero no creo que ningún turista pueda imaginar, paseando por las tranquilas calles de Barcelona u otras localidades catalanas, que se avecine una gorda. Tal vez la guerra solo exista en los medios de comunicación, mientras la ciudadanía vuelve a acompañar a sus hijos a la escuela y empieza a  guardar en el armario la ropa de verano.