Análisis

Incitando y planificando el terror

Estado Islámico explota ahora las acciones de los 'lobos solitarios¿ con fines propagandísticosen Europa occidental

FERNANDO REINARES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los recientes atentados de Saint-Etienne-du-Rouvray y Niza en Francia o de Würzburg y Ansbach en Alemania, que muy difícilmente van a ser los últimos de su género, no implican un cambio de estrategia por parte de la organización yihadista Estado Islámico (EI), que ha incitado su ejecución. Europa Occidental está en el punto de mira de Estado Islámico desde que esta última entidad se configurase como tal en 2014. Sus dirigentes se esfuerzan, por una parte, en mantener una red operativa constituida por militantes propios bien entrenados y con experiencia como combatientes extranjeros en Siria o Irak, para llevar a cabo atentados coordinados y complejos como los de noviembre del 2015 en París o marzo del 2016 en Bruselas, aunque estos hubiesen de precipitarse. Por otra parte, no han dejado de instigar la comisión de atentados mediante simpatizantes del califato que no están insertos en las estructuras de la organización yihadista y a quienes se llama a actuar por su propia cuenta, contra blancos genéricos y haciendo uso de cualesquiera medios cruentos a su alcance.

Lo ocurrido en Saint-Etienne-du-Rouvray, Niza, Wüzburg y Ansbach, al igual que otros incidentes en Europa Occidental desde que tuvieron lugar los de Copenhague en febrero del 2015, corresponden a esta segunda faceta del diseño operativo que EI tiene para Europa Occidental, así como para otros países occidentales, casos de Australia, Canadá o EEUU, donde han ocurrido atentados similares con, asimismo, distintos procedimientos y variable letalidad.

El modelo inclusivo de movilización que la organización yihadista está utilizando hace que el perfil sociodemográfico de los individuos convertidos en improvisados soldados del califato varíe, aunque se trata fundamentalmente de varones jóvenes, algunos aquejados de serias crisis existenciales o problemas de salud mental. Al no poder viajar a Siria e Irak, por razones personales o por las crecientes dificultades para llegar a esos países, así como al frustrarse sus expectativas de un califato en expansión, han acabado convencidos de que la alternativa es producir terror donde residen, según incita EI.

Estado Islámico explota las acciones de estos últimos individuos, que actúan al modo de 'lobos solitarios' o en el seno de pequeñas células, con fines propagandísticos, justificándolas ahora como dirigidas contra países de la coalición contra la organización yihadista así como antes lo hacía aludiendo al carácter cristiano de las sociedades europeas, que deben ser derrotadas en lo que -de acuerdo con su visión apocalíptica del yihadismo salafista- entienden como una definitiva contienda entre el islam y los infieles.

ALARMA SOCIAL

Al mismo tiempo, consiguiendo que sus adeptos no encuadrados formalmente en la organización lleven a cabo atentados que generan gran alarma social, Estado Islámico trata de provocar fracturas en el seno de las sociedades europeas, de un lado entre musulmanes y no musulmanes, de otro entre las autoridades y sectores de la población opuestos a la implicación militar de sus respectivos países contra el califato. Pero, recuérdese, se trata solo de una de las dos dimensiones de su diseño operativo en Europa Occidental. Estado Islámico sigue ideando y planificando centralizadamente atentados de mayor envergadura.