ANÁLISIS

Ideas para abordar la inmigración

Europa debería encargar un estudio para dejar claro a los apóstoles del miedo que no es posible mantener el Estado del bienestar sin inmigrantes

Un grupo de inmigrantes interceptados frente a la costa de Tarifa.

Un grupo de inmigrantes interceptados frente a la costa de Tarifa. / periodico

Rafael Vilasanjuan

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Solo control de daños, paños calientes para intentar salvar a la Alemania acosada por los xenófobos. Ese era el objetivo de la reunión informal de los 16 presidentes en Bruselas. Veremos a qué acuerdo son capaces de llegar cuando el próximo jueves la cumbre ya sea formal con todos los países, aunque no se intuye ninguna idea nueva en el horizonte de la inmigración,  y sin embargo ¡qué falta nos hace!

Para ello habría que empezar a hablar de la inmigración como oportunidad. No es tan difícil, antes de proponer campos cerrados en países europeos, -sin duda algo mejor que nuevos guantánamos en África-, hay que analizar qué queremos. Porque campamentos así ya había en Calais y el Gobierno francés los desmanteló. Si lo que se quiere es separar entre los que tienen derecho de acogida, porque su retorno es una sentencia a muerte, la cuestión es, ¿qué hacemos con los que únicamente vienen a buscar trabajo? ¿Podemos considerar que retornar a alguien al país del que sale porque no encuentra oportunidades para sobrevivir, nos es ajeno? La mayoría de los que están llegando responden a este último perfil. Vienen de la miseria  y mantenerlos en campos a la espera de retorno no cerrará la crisis, mas bien al contrario, la hará mas visible.

Lamentablemente, seguimos en el asunto de la inmigración por detrás de los tiempos. Nunca había habido tan pocas expectativas para un acuerdo, pero tal vez por ahí es por donde empezar a buscar ideas ¿Qué otro argumento tiene la ultraderecha en ItaliaAlemania Austria? Hoy el temor a la inmigración lo ventilan quienes lo utilizan como único argumento de acceso a un poder que de otra manera no alcanzarían. El error es aceptar su discurso. En el 2018 se ha registrado el índice de llegadas mas bajo de los últimos 5 años. Apenas 50.000 nuevos inmigrantes han llegado a los puertos del sur de Europa este año. No es una avalancha, ni estamos frente a un numero que pueda desbordar la capacidad de acogida. El principal problema de la inmigración hoy es el discurso, no cuántos llegan.

Apocalipsis

Limitar el número, no obstante, no será suficiente para calmar las voces apocalípticas que utilizan el temor a los inmigrantes para cerrar sus fronteras. Ahí nace otra idea: no hay un solo economista que apueste por mantener el actual Estado de bienestar en Europa con una población envejecida y tasas de fertilidad tan bajas.

El Consejo debería encargar a los principales centros de análisis y a un elenco de economistas -progresistas y conservadores- un estudio con horizonte en el 2030 que responda a una sola pregunta ¿Podemos crecer sin inmigración? La respuesta no solo daría el número de inmigrantes que Europa necesita en la próxima década, permitiría también cambiar la narrativa de los apóstoles del miedo, orientando además el presupuesto común a financiar un acuerdo de flujos de inmigración regulados, controlados y seguros. Frente a los paños calientes de ayer en Bruselas esta es la alternativa a convertir esta crisis en una oportunidad.