LAS ELECCIONES DEL 21-D

Hoy no puedo ser indiferente

Hay que definir una nueva estrategia más inclusiva, que reconstruya amplias mayorías sociales en Catalunya y permita abordar con el diálogo, la negociación y el acuerdo el avance de los derechos nacionales

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JOAN CARLES GALLEGO

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Cuando me proponen acompañar la lista electoral de Catalunya en Comú-Podem se me hace difícil permanecer indiferente, sobre todo cuando miro y veo un país decepcionado y dañado. No lo puedo mirar entre bambalinas, porque no es solo que los "prodigios que anunciaban taumaturgos insignes", que nos decía Marti Pol, no se hayan cumplido sino que la realidad social hoy está más empobrecida y es más desigual que hace unos años por las políticas antisociales aplicadas de manera indistinta por los diferentes ámbitos de gobierno en Europa, España y Catalunya.

Hoy estamos en un momento en que los datos de la economía catalana dibujan un escenario positivo, un importante crecimiento interanual del PIB catalán, de las exportaciones, y de los beneficios empresariales que ya superan los niveles previos a la crisis (2007). Sin embargo, cuando observamos la evolución de los salarios, de la calidad del empleo, la extensión de la pobreza y de la desigualdad, es evidente que la riqueza que se genera no llega al conjunto de la ciudadanía.

El salario medio en Catalunya en 2016, de 1.952 euros brutos, ha bajado un 2'6% y pierde 57 euros. La brecha salarial de género conlleva que las mujeres cobran de media un 25% menos. La tasa de paro catalana (15'8%) está lejos de la media de la UE (8,7%) y el 70% de las personas desempleadas no tienen ninguna protección ni subsidio.

Los porqués de la realidad

Estos datos explican parte de la difícil situación social que vivimos hoy en Catalunya y que el 21-D tenemos oportunidad de abordar. Una realidad que no se genera sola. Si se favorecen unos intereses y desprecian otros, si se recortan derechos, se ataca la capacidad de defensa organizada de los trabajadores y trabajadoras, se debilita la protección social, se hacen regalos fiscales a las rentas más altas, se entienden los porqués de la realidad. Es urgente abrir un camino donde transiten propuestas para combatir la violencia machista, el empobrecimiento social o la precariedad con el objetivo de revertir los recortes hechos al modelo del Estado de bienestar.

En este sentido, el eje social y el eje nacional deben transitar el mismo camino. Los resultados de las estrategias unilaterales y autoritarias sabemos donde nos han llevado; por eso hay que definir una nueva estrategia que sea más inclusiva, que reconstruya amplias mayorías sociales en Catalunya y permita abordar con el diálogo, la negociación y el acuerdo el avance de los derechos nacionales.

Estoy seguro de que el proyecto de Catalunya en Comú-Podem puede abrir la puerta a lógicas políticas para construir nuevos consensos para avanzar

El debate nacional no se puede mantener en términos de confrontación de bloques. Hay otras vías, como la Crida a los partidos y formaciones políticas de Catalunya  cara al 21-D que una serie de personas, que van desde el independentismo al federalismo, firmamos hace unos días y pide incluir en los programas de las diferentes fuerzas políticas tres compromisos compartidos: derogación del Real Decreto que aplica el 155, retirada de las acciones penales y promover un referéndum acordado. Aquí se puede encontrar la mayoría social del país para avanzar en acuerdos en derechos nacionales.

No será fácil, seguro. Martí Pol en el mismo poema "ahora mismo" nos advertía de que iremos de "nada a poco" y seguro que siempre con "el viento de cara". Por eso hoy no puedo ser indiferente ante la realidad y agradezco poder acompañar y compartir propuestas con Xavier Domènech, Jaume Barberà o Teresa Fortuny, consciente de que hoy proyectan la fuerza de la razón y de la voluntad necesarias para "todo lo que está por hacer y todo es posible". Estoy convencido de que este proyecto puede abrir la puerta a nuevas lógicas políticas para construir nuevos consensos para avanzar.