Hostias y gluten

La jerarquía católica podría ayudar a aclarar mejor lo que es dogma de fe

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PERE VILANOVA

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La verdad, los titulares le dejan a uno sin aliento: "El Vaticano, en contra de las hostias sin glutén", o bien "La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha enviado una circular a los obispos sobre el pan y el vino para la eucaristía en la que recuerda que las hostias sin nada de gluten son materia inválida para la eucaristía". Desde la perspectiva de un observador agnóstico, el problema es el siguiente, en forma de preguntas y respuestas: ¿puede un celíaco decidir no serlo, es decir, no padecer una determinada enfermedad? Desde luego que no. ¿Puede un celíaco ser católico practicante, decisión libremente adoptada pero que conlleva un determinado código de obligaciones? Desde luego que sí. Por tanto, ¿puede un celíaco practicar normalmente sus obligaciones litúrgicas, entre ellas la confesión y la comunión? No solo puede, sino que debe, es imperativo que las cumpla para no pecar. ¿Por tanto, si no puede comulgar con hostias con gluten, no se le está -contra su voluntad- excluyendo de la comunión? En otras palabras, si no puede comulgar no es culpa suya, es inocente. Totalmente.

Pero la mencionada congregación para la disciplina de los sacramentos no opina igual, y si nos ceñimos a lo que han dicho los medios de comunicación,  al no contemplar un régimen de excepciones incurre en una grave injusticia. ¿Dónde está el pecado? Y sobre todo, ¿el pecador? No es el celíaco.

CONFUSIÓN

En el fondo, todo esto tiene que ver con una confusión, que a veces la jerarquía católica podría ayudar a aclarar mejor, entre lo que es dogma de fe y lo que no. Un católico practicante, libremente ha decidido adoptar una disciplina en torno a un corpus de creencias, y el dogma de fe está claramente establecido, pero no todo es dogma de fe, y lo que no lo es, aunque esté muy arraigado en la tradición, es opinable. Por ejemplo, el celibato sacerdotal es opinable, y que las mujeres no pueden ejercer de sacerdote, también. Lo del gluten y las hostias no es dogma de fe, es una opinión, y dice mucho de los que la han afirmado de manera tan tajante.

Todo lo cual nos lleva a otro asunto, y es que en el seno de la evolución histórica de las religiones del Libro, se han ido reproduciendo en formas reiterativas graves divergencias entre creyentes,  entre los 'literalistas' , es decir partidarios de una lectura literal e inmutable de los textos, y los partidarios de una interpretación adaptativa. Cuesta tomar en serio esa prohibición del modesto gluten en base a una interpretación literal de textos muy antiguos. Estos días hace furor en Israel (y en el judaísmo en general) una crisis entre los ultraortodoxos y las corrientes modernizadoras, sobre si en el Muro de las Lamentaciones debe haber un espacio común para que recen juntos hombres y mujeres. Pues no, los ultraortodoxos han amenazado con hacer caer… ¡al Gobierno!