'DIVINO' ORIOL MASPONS

El hombre que pudo reinar

RAMON DE ESPAÑA

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Cuando el nombre deOriol Masponsaparecía en alguna conversación, siempre había alguien que decía: «¿Ese es el que se tatuó en el pecho el cocodrilo de Lacoste para poder frecuentar las playas nudistas sin perder la elegancia?». Luego intervenía otro (yo mismo, sin ir más lejos) que recordaba en voz alta suboutade favorita, que el artista empleaba para justificar, en broma, sus supuestas infidelidades: «¿Pero cómo me voy a acostar con la madre de mis hijos? Sería una falta de respeto rayana en el incesto». En resumen, que aOriol Maspons casi se le recordaba más por sus chascarrillos que por su obra. Y sin embargo¿

En sus comienzos,Oriol Maspons era un artista muy prometedor, con muchas posibilidades de heredar la silla del granCatalà Roca(que acabó ocupando, en mi modesta opinión,Xavier Miserachs): así lo atestiguan sus fotos de la costa catalana en los albores del turismo de masas y sus revulsivas imágenes del Somorrostro. Pero no tardó mucho en irse decantando hacia una línea más frívola mientras el personaje que se había creado seguía la misma dirección: era como si prefiriera pegarse la vida padre en vez de ir puliendo su oficio. No fue el único, ya que a su compañero de generación Leopoldo Pomés le pasó algo muy similar, como pudo comprobar cualquiera que viese su retrospectiva a cargo deEduardo Mendoza: la cosa empezaba muy bien y, de repente, aparecían las burbujitas de Freixenet y adiós muy buenas. Salvando las distancias, lo mismo puede decirse de mi buen amigoToni Riera, de profesión, sus jamonas; todo ello me lleva a pensar que igual le echaban algo al agua en la Barcelona de los años sesenta, o que la revolución sexual y el signo de los tiempos se impusieron en algunos de manera un tanto desmesurada, o que los personajes recién citados le dieron más importancia a su vida que a su obra, una opción en absoluto censurable en este maldito valle de lágrimas. Realmente, ¿para qué te vas a convertir en un mensajero moralista del horror comoSebastiao Salgadocuando puedes pasar los veranos tan ricamente conLuis Canterohaciendo el ganso en Eivissa y demás paraísos terrenales? El único problema es que luego te recuerdan por el cocodrilo tatuado y laboutade.

La única duda que me queda conOriol Masponses por qué escogió el camino de la frivolidad. Hace un montón de años, sentado en el sillón de mimbre modeloEmmanuelle que tenía a la entrada de su restaurante en el bulevar La Ciénaga de Los Ángeles,Xavier Cugatme contó que se pasó a la rumba y el cha cha cha cuando se dio cuenta de que nunca sería el gran violinista a loSarasateen el que había soñado convertirse. ¿AcasoOriol Masponsintuyó en algún momento que nunca sería como Català Rocao comoCartier Bresson? ¿Es posible que entendiera al revés el personaje de David Hemmings enBlow up y acabara adelantándose a Austin Powers?

Nunca lo averiguaré. Las veces que me crucé con él fui incapaz de atravesar esa capa de simpática e ingeniosa frivolidad que le cubría constantemente. Lo único que me queda es volver a las imágenes del Somorrostro y a ciertos magníficos retratos y preguntarme: «¿Qué fue del hombre que hizo estas fotos?».