El epílogo

Historia de una colilla

ALBERT Sáez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dice el manual del buen oficio que los periodistas no debemos ser nunca noticia. Y es verdad. Pero en esta época de denostación de la profesión quizá deberíamos explicarnos un poco para que los lectores de diarios sientan el orgullo de lucir la camiseta del papel frente a tanto periodismo mal llamado ciudadano que muchas veces esconde simplemente las particulares obsesiones aireadas en la red.

Un joven llamó anteayer a este periódico para explicar una historia que parecía increíble: la Guardia Urbana le acababa de multar por tirar una colilla al suelo. Los eficientes redactores de la sección de Gran Barcelona estuvieron todo el día de ayer batallando con el tema. Hasta desentrañar que no era el resultado de un calentón, ni del agente municipal ni del joven. La ordenanza municipal existe y está vigente. Se puede multar por tirar colillas y por algunas cosas más que aún hoy nos parecen alucinantes. Y al final coronaron el reportaje con una primicia: la multa forma parte de una nueva estrategia del gobierno municipal para restablecer el civismo en las calles de Barcelona.

Periodismo de calidad

De la anécdota a la categoría, de la historia particular a la gran historia, la esencia del periodismo de calidad. Lástima que algunos no lo entiendan así. Un siniestro funcionario no tuvo a bien aportar un dato que les faltaba a los reporteros: cuántas multas se han puesto como la que hoy aparece en portada. Ya se sabe, era viernes por la tarde. Tal vez, si en lugar de un diario serio hubiera recibido la llamada de un telepredicador habría sido más eficaz.

Tampoco parece apreciar el buen periodismo la presidenta del Tribunal Constitucional, doñaMaría Emilia Casas, que investiga la filtración de la sentencia del Estatut que ayer publicó EL PERIÓDICO. Está en su derecho, pero lo estaría más si hubiera sido igualmente diligente con las anteriores filtraciones. Solo publicamos el texto que ella dará a conocer. Desde una colilla a una alta magistratura del Estado, el periodismo busca historias. Y las publica cuando las tiene contrastadas. Y punto.