Al contrataque

Hipocresía mundial

Cuando unos compran respeto es porque otros lo venden

JORDI ÉVOLE

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Por primera vez, un Mundial de Fútbol, el del 2022, se llevará a cabo en otoño, entre noviembre y diciembre. Y es que en verano, cuando tradicionalmente se disputan los mundiales, hace mucho calor en Catar. ¿Y por qué han preferido cambiar la tradición en vez de cambiar la sede? Porque no habría sido lógico. Siempre se cuenta que eventos de esta magnitud son ideales económicamente para los países organizadores, y todo el mundo sabe que Catar es un emirato que necesita dinero. ¡O tú te piensas que comprar respeto sale barato! Además, este pequeño emirato tiene una gran tradición deportiva, una razón más para que el Mundial-2022 sea catarí. Un ejemplo: en Catar, Juventus y Nápoles jugaron la Supercopa de Italia de fútbol. ¿Y es fácil lograr eso? Pues claro que no. Hay que tener mucha tradición, la tradición de pagar.

Pero Catar no solo sobresale por su tradición deportiva, sino por su tradicional deportividad. En eso es que se sale. Solo por eso no me extraña que albergue el Mundial. Hay infinidad de ejemplos de esa tradicional deportividad. Sin ir más lejos, en enero se disputó allí el Mundial de balonmano, y medio centenar de españoles se pusieron a animar a la selección local. Sí, es el no va más de la deportividad: en vez de apoyar a España, animaron a Catar, que era uno de sus rivales. ¿Y cómo lo consiguieron? De manera tradicional: pagando.

Y eso que dudo de que Catar sea tan rico como dicen. Si lo fuera, segurísimo que mejoraría inmediatamente las condiciones laborales de sus trabajadores inmigrantes, que, según Amnistía Internacional, para hacer las infraestructuras y los estadios del Mundial llegan a pencar 12 horas al día, toda la semana y con temperaturas de 50 gradospencar. Pero ser sensible a los derechos humanos tiene consecuencias. No se le puede decir a toda esa gente que curre menos horas por un sueldo digno, porque el petrodólar no está para tirarlo. Que los jeques tienen muchísimos gastos, amigo. ¡O te crees que comprar respeto sale barato! El diario británico Daily Telegraph publicó: «Un exvicepresidente de la FIFA cobró 1,2 millones de dólares por apoyar a Catar 2022». No lo creo. Es demasiada pasta, y en Catar no están para lujos. Allí, incluso la democracia es un lujo. Por eso no tienen, ya que son de ahorrar. Si no se necesita ser democrático para que te den un Mundial, ahórrate invertir en democracia y tendrás más dinero para cosas verdaderamente importantes.

Comprar y vender respeto

Tras conseguir que el campeonato se haga en otoño y no en verano, fijo que si ahora ponen más guita lograrán que los países democráticos acepten cambiar el nombre de las estaciones del año y el otoño se acabe llamando verano. Así, el Mundial se jugaría en los meses veraniegos de noviembre y diciembre. Y todos contentos, porque el tiempo es oro. Cuando unos compran respeto es porque otros lo venden.