Los escándalos de espionaje

¿Héroes o traidores?

Manning, Assange y Snowden han disfrazado de hazaña la perversión moral de filtrar secretos

RUBÉN HERRERO DE CASTRO

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Robar y filtrar datos no es nada nuevo. Hoy el peligro es la capacidad para difundirlos globalmente, su impacto en la opinión pública y las ventajas que obtendrán terceros actores. Esa enorme audiencia potencial y los posibles beneficios económicos de tal actividad se convierten en un incentivo para cometer alta traición por parte de sujetos que disfrazan su perversión moral de hazaña digna de Robin Hood. Uno de estos individuos, el soldadoBradley Manning,ha recibido una merecida condena en Estados Unidos, que esperemos cumpla de forma íntegra. Otros, como el fundador de WikileaksJulian Assangey el analista de datosEdward Snowden,escapan por ahora a la acción de la justicia. Recapitulemos brevemente.

En mayo del 2010,Manningfue arrestado tras descubrirse que había descargado ilegalmente información muy sensible relacionada con aspectos diplomáticos y militares de EEUU. No contento con ello, se puso en contacto conAssangepara facilitarle el material robado para que lo publicase en internet. La Administración deObamaintentó hacer recapacitar aAssangesobre su propósito de difundir una información robada y que comprometía severamente la seguridad de los soldados y los agentes estadounidenses. Fue en vano. Ávido de popularidad y calculando los ingentes beneficios a recibir,Assangesiguió adelante. Él mismo reconoció aThe Sunday Times(diciembre del 2010) que Wikileaks llegó a ingresar casi 100.000 euros al día a raíz de las filtraciones, además de la venta de los derechos de un libro sobre el escándalo por 1,12 millones de euros. Pero las cosas no salieron como esperaba y se vio cercado por la justicia británica, lo que le llevó a solicitar y obtener asilo en la Embajada de Ecuador en el Reino Unido, donde permanece desde el 2012. Y si sale de allí será extraditado a Suecia, donde está imputado por dos casos de violación. Si es culpable, cumplirá su condena, y es de esperar que antes o después termine rindiendo cuentas por sus filtraciones ilegales ante la justicia de EEUU.

El cómplice necesario,Manning, ha sido encontrado culpable de 19 de los 21 cargos que le fueron imputados, y este traidor afronta una larga condena en una cárcel militar. Salió exculpado del cargo principal, ayudar al enemigo, pero eso no puede ocultar la traición y la deslealtad cometidas contra su país y sus compañeros, cuyos movimientos y emplazamientos quedaron al descubierto para enorme alegría de los enemigos de EEUU. De forma patética,Manningdeclaró ante el tribunal en la última sesión: «Siento haber herido a gente con mis acciones y siento haber herido a Estados Unidos». Reconoce, por tanto, la traición cometida y sus efectos.

Llegamos entonces aSnowden,un analista de datos que trabajaba para una compañía relacionada con la Agencia Nacional de Seguridad (ANS). Un miserable que ha reconocido en una entrevista concedida este mes al diario chinoSouth China Morning Postque entró a trabajar en esa agencia con la sola idea de recabar datos sobre sus actividades. Antes de proseguir hay que señalar que tantoManningcomoSnowdenhabían firmado de forma voluntaria el formulario número 132 del Departamento de Defensa de EEUU, un acuerdo por el que se comprometían a no filtrar información clasificada dado el valor de la misma para los intereses vitales y la seguridad de EEUU, y por extensión la de sus aliados.

Solo por este hecho ambos son unos traidores de la peor especie. Pero el más grave es el caso deSnowden, por dos motivos. Primero, porque reconoce haber planeado sus actividades ilegales. Y segundo, porque no se ha limitado a filtrar datos, sino también los procedimientos secretos con los que se obtiene la información, procedimientos que, por ejemplo, han evitado en los últimos dos años la comisión de decenas de atentados de enorme gravedad, buena parte de ellos más allá de EEUU. Seguro que los terroristas ya han tomado buena nota y se disponen a aplicar lo aprendido.Snowden,mientras, ha obtenido asilo en Rusia, donde terminará por compartir con sus anfitriones, bajo la amenaza de la extradición, la información aún no filtrada. ¿Ya está contento el siniestro traidor?

No seamos ingenuos: la política nacional e internacional requiere de determinados procedimientos y transacciones morales en aras a servir y proteger intereses mayores. ¿Acaso no sabíamos todos que las grandes potencias y todos los que pueden espían? Sinceramente, prefiero que me espíe y proteja EEUU a que lo hagan otros actores. El tan traído y llevado espionaje es necesario en medio de la actual guerra contra el terror.Manning, Assange ySnowdenno son héroes, sino criminales a los que hay que desear el cumplimiento de largas condenas de cárcel.