PENSIONISTAS

Hay que morirse antes

Por favor, si es usted mayor de 65 años y no posee bienes suficientes para mantenerse y consumir, haga el favor de dejar paso a los demás

Pensionistas y jubilados

Pensionistas y jubilados / periodico

JULI CAPELLA

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No puede ser que el ciudadano anciano desangre al Estado. Hoy en día los pensionistas suponen un grave riesgo para el equilibrio económico de nuestra sociedad. A partir de los 65 años, si no antes, ya no trabajan, ni pagan apenas impuestos. Cada vez son más y viven más años. Casi nueve millones de jubilados, cuando apenas hay dieciocho trabajando y cotizando. La situación es insostenible, acaparan el 40% del presupuesto público. A partir de una edad no solo no contribuyen sino que absorben una enorme inversión de recursos. Van constantemente al médico, consumen abundantes medicinas, y precisamente este derroche sanitario les permite alargar su vida, con el consiguiente gasto añadido, un pernicioso círculo.

Además el jubilado ocupa una vivienda, habitualmente para él solo, mientras miles de familias no encuentran oferta. Distorsionan el libre mercado inmobiliario. Es gente que consume poco, ya no compran vehículos, ni electrodomésticos, ni mobiliario, ni apenas ropa. Tampoco hacen viajes, a lo sumo las salidas del Imserso, que vuelven a repercutir negativamente en el erario público. Comen poco y barato, apenas van a restaurantes. Son la antítesis de las parejas gay pudientes, excelentes dinamizadores comerciales.

Los ancianos ya han hecho su aportación a la sociedad y no tiene mucho sentido alargar su vida parasitaria. Tan solo en su último adiós vuelven a aportar algo. Los gastos del funeral y el entierro, que suponen unos 10.000 euros, o incluso más, dando así al menos un pequeño empuje a la economía que han debilitado durante varias décadas. Nuestra sociedad debe resolver pronto esta distorsión en el sistema económico con urgencia. Por favor, si es usted mayor de 65 años y no posee bienes suficientes para mantenerse y consumir, haga el favor de dejar paso a los demás. Gracias por su comprensión y solidaridad con el resto de ciudadanos y el Estado. Descanse ya en paz.

Como dijo Platón, “teme a la vejez porque nunca viene sola”; dicho en cristiano, a la vejez viruelas.