¿Hay alguien pensando en Europa?

RAMÓN LOBO

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Solo está claro un hecho: ganó el 'brexit', la salida del Reino Unido de la UE. Todo lo demás es política ciencia-ficción. Una de las ilusiones que cuentan con más adeptos es la posibilidad de un no-'brexit', bien por vía parlamentaria, la prolongación de los plazos a ver si se nos ocurre algo inteligente o un nuevo referéndum en uno o dos años. Las tres opciones no son excluyentes, podrían ser consecutivas.

Existe un Plan B que se intuye de algunas declaraciones de políticos británicos: lograr un divorcio ventajoso que permita seguir en el mercado único con libre circulación de bienes (el 44% de las exportaciones británicas son con la UE), capitales (esencial para la City), pero no de personas. Llegan tarde: esta vez no van a obtener un estatus de privilegio sin pagar la factura de pertenecer al club. Angela Merkel lo dejó claro: “'brexit' es 'brexit'”, y la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ha dicho que toda negociación comercial comenzaría después de la salida efectiva. No está en juego solo el futuro del Reino Unido, está en juego la UE.

Tenemos a 17.410.742 británicos, el 51,9%, que consideran que la victoria del 'brexit' equivale al Día de la Independencia tras estar sometidos durante 43 años a la dictadura de Bruselas: burócratas no elegidos a los que no se puede fiscalizar (la célebre 'accountability'). Eso dicen. Resulta sarcástico que se sientan independientes en el país que más independencias ha firmado tras colonizar medio mundo.

En el otro lado están los 16.141.241 británicos, el 48,1%, que votaron por quedarse en una UE repleta de defectos: una obra de arte de ingeniería política que necesita reparaciones profundas y urgentes. La principal es más unión política, justo en lo que el Reino Unido ha sido una permanente vara entre las ruedas. Pese a que el vértigo afecta también a los líderes europeos, el 'brexit' se ve como una oportunidad. Algo no va bien en la UE cuando el 61% de los franceses tiene una mala imagen de la UE. En Francia hay elecciones en 2017 y la líder del xenófobo Frente Nacional, Marine Le Pen, también pide un referéndum: ¿'Frexit' en el horizonte?

Hay dos bandos: los que tienen prisa por resolver el grano en el culo británico y los que no tienen ninguna. Entre los primeros están los franceses; además de la cita electoral, París aspira a quedarse con el puesto de la City como centro financiero de la UE. En las futuras negociaciones será un elemento clave: el pasaporte europeo que disfruta la City, sus numerosas empresas y sus más de 300.000 trabajadores. Un cambio de estatuto podría provocar la desbandada.

TIERRA IGNOTA

Estamos en tierra ignota; no hay precedentes que puedan servir de guía. Cada paso será una aventura, un peligro. Existe el artículo 50 del Tratado de Lisboa del que tanto se ha hablado estos días: regula la salida voluntaria de un país. Es el artículo que debe invocar Londres para poner en marcha un proceso que dura dos años y que podría prolongarse solo si los 27 están de acuerdo. Aunque el primer ministro dimisionario, David Cameron, había prometido activar el 'brexit' al día siguiente, le ha dejado la papeleta a su sucesor, que será elegido en octubre.

Uno de los aspirantes al liderazgo tory es Michael Gove. El jueves traicionó a su amigo de hace 30 años, Boris Johnson, con quien había formado tándem pro 'brexit'. Le había hecho creer que le apoyaría para ser primer ministro. El viernes se justificó de manera mesiánica, un poco menos, ‘yo no quería, pero el país me necesita’. Gove es partidario de posponer las negociaciones a 2017. Es el duro entre los líderes del 'brexit'. Resulta tan despreciable como el xenófobo Nigel Farage.

La batalla real se juega en la convención conservadora de octubre: saber si gana Gove o Theresa May, la favorita en estos momentos (los partidarios de Johnson se van a vengar y en Inglaterra no gustan los traidores). May era pro 'Remain': seguir en la UE. En frente, los laboristas viven una guerra civil. Huelen elecciones anticipadas a final de año y creen que Jeremy Corbyn es un candidato perdedor. Le culpan en parte del 'brexit'.

Además de la crisis política está la territorial. Si el 'brexit' se confirmara, Escocia buscará un segundo referéndum para irse del Reino Unido y permanecer en la UE. No habrá negociaciones bilaterales. Si la UE quiere poner cara la salida del Reino Unido para que no haya imitadores, Mariano Rajoy quiere ponerla cara para que los independentistas catalanes tomen nota. Entre tanta política interna, ¿hay alguien pensando en Europa?