Consecuencias de la crisis de Estado

Grecia, lecciones de la ultraderecha

El laboratorio heleno genera ultras duales, unos pragmáticos y gubernamentales y otros escuadristas

XAVIER CASALS

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«Cuando regrese a Grecia me encontraré un país donde el tercer mayor partido es nazi», manifestó el ministro Yanis Varoufakis en Berlín. Aludió así a Amanecer Dorado (AD), la formación neofascista, con 17 escaños, a gran distancia de los 149 de Syriza y los 76 de Nueva Democracia (ND). ¿Cómo se ha llegado a esta situación? Analizarlo es de gran interés porque hoy Grecia es un laboratorio de la ultraderecha que ofrece tres lecciones al respecto.

La primera es que sus formaciones no surgen por el mero impacto de la crisis económica. Recordemos que al concluir la dictadura de los coroneles en 1974, este sector ideológico se convirtió en marginal tras conocer una breve presencia en el parlamento. Pero retornó al mismo antes del crash del 2008crash, cuando en los comicios europeos del 2004 el partido Alerta Popular Ortodoxa (LAOS) obtuvo un escaño y en los legislativos del 2007 logró 10 con el 3,8% de los votos. Esta opción, que lidera George Karatzaferis (procedente de ND), exalta «la nación, el pueblo griego, la fe, la historia y la identidad cultural», defiende la «soberanía popular» contra el bipartidismo y emite un discurso xenófobo.

¿Por qué emergió LAOS? Por varios factores, según el politólogo Andreas Pantazopoulos. Por una parte, porque se desató un fuerte nacionalismo al crearse en 1991 la República de Macedonia (su nombre creó un problema de identidad en Grecia), llegaron numerosos extranjeros (albaneses sobre todo) y un incidente por el islote de Imia tensó las relaciones con Turquía en 1996. Por otra, porque surgieron protestas contra una reforma socialista de las pensiones en el 2001 y, además, ND quiso desderechizarse y ganar votos centristas. Por último, en el 2000 tuvo lugar una masiva movilización ortodoxa para impedir que la religión dejara de constar en el DNI y evitar así discriminaciones. La interacción de estos hechos ofreció un espacio a LAOS, cuyo líder era el político que estaba mejor valorado en octubre del 2011.

La segunda lección en es que la ultraderecha puede pasar rápidamente de encarnar la protesta a sentarse en el gobierno. LAOS, que combinó su discurso radical con el pragmatismo, en noviembre del 2011 se integró en un gobierno de ND y el PASOK que seguía pautas de la troika. Al hacerlo, desagradó a sus electores y, pese a dejar el Ejecutivo en febrero del 2012, en los comicios de mayo de ese año devino extraparlamentario.

Su vacío lo ocupó Griegos Independientes (ANEL), fuerza dirigida por Panos Kammenos (también procedente de ND), de carácter igualmente nacionalista y xenófobo, pero opuesta frontalmente al rescate. En las elecciones de mayo en las que LAOS se hundió obtuvo el 10,5% de votos (33 escaños) y en las celebradas este enero, el 4,7% (13). Ahora ANEL gobierna con Syriza y pretende renegociar la deuda. De este modo, en Grecia se han sucedido dos partidos de extrema derecha que han combinado maximalismo ideológico y realismo político.

La tercera y última lección es que la crisis puede impulsar una extrema derecha periclitada en Europa occidental, como acredita Aurora Dorada. Fundada en 1983 por su actual líder Nikos Michaloliakos, esta formación fue marginal durante un cuarto de siglo. No obstante, en el 2008 inició una estrategia de implantación en el distrito sexto de Atenas, de elevada inmigración: mantuvo una presencia callejera que conjuntó violencia y «trabajo social», con repartos de alimentos «solo a griegos» o protección de estilo mafioso. En los comicios locales del 2010 captó el 5,3% de votos y Michaloliakos fue elegido concejal. La crisis, pues, activó su crecimiento: en mayo del 2012 captó el 7% de votos, saltó a 9,4% en las europeas del 2014 y en las últimas ha logrado el 6,3%. Esto demuestra la fidelidad de su electorado, ya que la cúpula de AD está encarcelada por varios delitos, como el asesinato del rapero antifascista Pavlos Fyssas. En definitiva, cuando los partidos neofascistas violentos estaban erradicados de Europa occidental, la crisis helena ha aupado a uno a las instituciones.

El hundimiento económico, pues, actúa en Grecia como un ariete político. Así, su gobierno de coalición a favor del rescate del 2012 que incluyó a LAOS, ha dado paso a otro de Syriza y ANEL crítico con el rescate. Si la nueva apuesta fracasa, sus beneficiarios en las urnas pueden ser -entre otras opciones- partidos arcaicos y eurófobos como el comunista (KKE) o AD. Por ahora, y esto es lo más llamativo, el laboratorio político heleno ha generado una ultraderecha dual: una de perfil pragmático y gubernamental (LAOS y ANEL); y otra escuadrista y nostálgica, que parece haber regresado del pasado para quedarse. Ante este escenario cabe plantearse hasta qué punto Grecia es una excepción o puede marcar un camino a seguir por otros países.

Historiador.