La rueda

La grandeza de Eulàlia Lluch

MANEL FUENTES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Admiraba aErnest

Lluch y lloré su asesinato a manos de ETA. Recuerdo perfectamente el momento. Una llamada de teléfono en el camerino deCrónicas marcianas me hundió, y entre sollozos se lo conté aXavier Sardà.Él cambió el programa a menos de media hora para empezar, para hablar deErnesty de sus asesinos. Buscábamos reacciones, compartir sentimientos, aunarnos frente a la irracionalidad del terror.

El comunicado de ETA del jueves me alegró, pero no me emocionó. Pero los ojos sí se me empañaron al día siguiente, cuando, haciendo el programa de radio desde Bilbao, entrevistamos aEulàlia Lluch, una de las hijas deErnest.Estaba contenta, casi no había dormido y pese a ese dolor inimaginable que debe llevar consigo todos los días, sus palabras fueron de una grandeza infinita. «Las víctimas no tenemos que intervenir en el proceso, porque no podemos ser objetivas».

No hace falta decir que todas las víctimas no opinan igual queEulàlia. Cuando te han destrozado la vida, ¿cómo evitar que aparezca eso de que «al enemigo, ni agua» o el intento de transferir al otro parte del dolor que soportas aplicando todo el peso de la ley sin discusión? Y más cuando el comunicado no mostraba arrepentimiento por tantas muertes injustas.

La amplitud de miras deEulàlia Lluch me parece envidiable. Queremos que ETA deje de existir, que no encuentre razones ni coartadas en su mundo. Y esto está pasando. La presión policial y la unidad política han sido claves para que desde la ideología desde donde pendía ETA se haya cambiado la estrategia. ETA no ha ganado, pero muchas asociaciones de víctimas creen que ellas tampoco. Solo tragando saliva y pensando en una o dos generaciones más allá nos iremos quitando el dolor del corazón. Con unidad. Con sentido común. Sin impunidad, pero con generosidad, y, ya sé que es mucho pedir, pero si además tenemos un poco de la grandeza de losLluch, todo nos irá mejor en la vida. Con todo el dolor en el corazón, hay que darle paso a la razón. Y no será fácil.