Análisis

Gran coalición, oportunidad histórica

PSOE y PP podrían salvar juntos no únicamente el bipartidismo sino también su propia credibilidad

JOAQUIM COLL

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Escribo esto sabiendo que no va a ocurrir. Temo que el vuelo bajo en el que se ha instalado la política española desde hace décadas nos va a conducir al peor escenario. No hay alternativa a una gran coalición que no pase por nuevas elecciones antes o después. A corto plazo solo se evitaría si el PSOE se abstuviera en la segunda votación de investidura a cambio de algunas condiciones, particularmente el veto a Mariano Rajoy. Tras el «usted no es un político decente» los socialistas no pueden facilitar su reelección. Para el PP sería una exigencia aceptable ya que igualmente, en caso de nuevas elecciones, el recambio sería obligado. Y Soraya Sáez de Santamaría aparece como la sucesora óptima de los populares. Pero para el PSOE esta fórmula intermedia sería igualmente mala. Tiene a Podemos demasiado enganchado y le caería la acusación de haber posibilitado que mande de nuevo la derecha. Ni estaría compartiendo las responsabilidades del Gobierno ni tampoco nítidamente en la oposición. Como no podría haber convocatoria electoral hasta trascurrido un año, Pedro Sánchez se enfrentaría a un enorme dilema cada vez que se votara algo. No sería ni carne ni pescado. Si realmente el PSOE quiere asegurar la gobernabilidad y, sobre todo, un paquete de reformas sociales, económicas e institucionales tendría que apostar por una gran coalición. Sin duda es una opción muy difícil, que levanta fuerte rechazo entre una parte de su electorado y en no pocos dirigentes. Pero es también una gran oportunidad. Que no haya cultura de coalición en España no puede ser una barrera eternamente infranqueable. Suena más bien a excusa. Si no es ahora, ¿cuándo? Tampoco existía en los países nórdicos hasta los años 30. O en Alemania hasta mediados de los 60. La mejor forma de volver a la loada cultura del consenso es con la gran coalición, sobre todo si es la única mayoría aritmética de estabilidad.

OPORTUNIDAD HISTÓRICA

También es la oportunidad histórica para acometer la reforma federal que propugnan los socialistas. El PP necesita algo de tiempo para asimilarla, pero no hay nada que la haga inasumible. La mejor forma de desactivar el referéndum en Catalunya que propone Podemos es votando los españoles todos juntos otra vez. Es probable que los independentistas se autoexcluyan de alcanzar un consenso, pero se puede ganar la reforma constitucional en las urnas si evitamos liarnos con debates metafísicos, por ejemplo, sobre el concepto de nación.

De entrada se me ocurre un gobierno con Sáez de Santamaría y Sánchez al frente, acompañados de ministros más técnicos que políticos de prestigio. Con un acuerdo no solo para la reforma constitucional, sino también para adoptar una política consensual económico-fiscal, y revisar también algunas leyes que nacieron solo con la fuerza del rodillo parlamentario anterior, como la reforma laboral, la educativa o la ley de seguridad ciudadana. También para garantizar las pensiones. Necesitamos, en fin, una gran coalición para superar el bloqueo que ha impedido que España emprenda una senda reformista de verdad. PSOE y PP podrían salvar no solo  el bipartidismo sino también su credibilidad.