El grado cero de los Pujol

Combo Josep Pujol Ferrusola, Jorge Fernández Díaz y José Villarejo

Combo Josep Pujol Ferrusola, Jorge Fernández Díaz y José Villarejo / periodico

Albert Sáez

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Quienes eligen a Cristobal Martell como letrado ya saben lo que hacen. Este reputado abogado no es especialista en derecho penal, como muchos piensan, sino en procesal. Se las sabe todas para evitar que sus clientes sean juzgados injustamente, lo cual no garantiza que lo sean justamente. Una de sus estrategias habituales de defensa es la teoría de la fruta podrida del árbol podrido. Viene a decir que toda prueba obtenida con malas artes anula toda su capacidad probatoria. Es lo que le hicieron a Garzón en el 'caso Gürtel', eliminar del sumario las sabrosas grabaciones de los apaños de los acusados con sus letrados porque no fueron obtenidas con autorización judicial. A Garzón, además, le costó la inhabilitación. Es curioso que un sistema sea garantista hasta el punto que media Generalitat valenciana siga habiltada cuando les hemos oído delinquir de su puño y letra.

El 'método Martell' evita situaciones embarazosas como las de la infanta Cristina. Anular las pruebas por defectos de forma, evita que un juez como Castro te siente en el banquillo y sea el fiscal el que tenga que sacar las castañas del fuego a la defensa. En el caso de los Pujol, lo primero que intentó Martell fue anular el misterioso pantallazo de la banca andorrana que activó la fase judicial del escándalo. No lo consiguió porque el Estado estuvo atento y puso al principado en el punto de mira de los mismísimos Estados Unidos hasta que los jueces bendijeron el levantamiento del secreto bancario. Pero Martell se las sabe todas. Y ahora ha localizado un par de 'pendrives' en los que las cloacas del Estado guardaron la mierda de los Pujol obtenida por los chicos de Método-3 a petición de las altas esferas del PP y de La Moncloa. De manera que, si Martell se sale con la suya, todas las peripecias de las que ha dado testimonio la inefable Victoria Álvarez serán fruta podrida de un árbol podrido, lo que se llevará por delante la causa contra la familia. Aquí si que tenemos una tercera vía para que las cosas de Catalunya vuelvan a su sitio: el Estado -por acción o por omisión- tapando la mierda de los Pujol. Como en el siglo pasado.