tú y yo somos tres

La gastrónoma de Little Rock

ferran Monegal

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Después de habernos convertido en el país con más cocineros televisivos del mundo mundial, y con más programas de cocina de toda la galaxia audiovisual terrestre, ahora entramos en una moda nueva: comienzan a llegar programas que nos alertan sobre los peligros de algunos alimentos.

Hombre, estamos de acuerdo: una cosa es saber cocinar y otra saber comer. Son dos cosas diferentes. Alberto Chicote, sin ir más lejos, está ahora mismo inmerso en la cruzada del adelgazamiento (La Sexta). Se ha puesto a régimen. Comía como un descosido, fabadas con morro de cochino a tutiplén y, claro, se había puesto como un tonel. Ahora, antes de estrenar nuevas entregas de 'Pesadilla en la cocina', Chicote está debatiéndose entre la dieta crudivegana, la paleolítica, la proteica, la hollywoodiense... y al final se ha decidido por la mediterránea, que es la mas sana de todas, efectivamente.

Otra criatura televisiva que también nos ha alertado de los peligros del mal comer, el 'routier' Jalis de la Serna, acaba de estrenar -también en La Sexta- un programa titulado 'Enviado especial'. En la primera entrega se ha ido a la capital de Arkansas, Little Rock. Ha sido tremendo. Hay un índice de obesos tan enorme que por la calle no anda nadie: si dan más de cinco pasos, se ahogan.

Jalis no encontró ningún lugar que le vendieran una manzana fresca. Lo único que está a la venta es comida procesada, 'fast food', como la llaman ellos. Se tuvo que ir a varios kilómetros. Pagó por una 'golden' 4 dólares. ¡Ah! El paisaje de obesos de Little Rock era sobrecogedor. Visitó el restaurante de más éxito, 'The Big Pig', y allí conoció a una risueña dama, de unos 150 kilos de peso. Frente a una mesa rebosante de comida, gozaba untando las chuletas de cerdo con dulce salsa mahonesa, con dulce salsa de queso, con dulce y picante salsa barbacoa, con dulce salsa de tomate (ketchup). Aquello parecía una sucursal de la multinacional azucarera. La dama, Kat Robinson, le informó de que era crítica gastronómica. ¡Ahh! Mi querido compañero Pau Arenós, crítico gastronómico de EL PERIÓDICO, habrá flipado viendo a su colega la señora Robinson.

Este trabajo de Jalis deberían irlo reemitiendo. Nos enseña los estragos que causa la industria de la manipulación alimentaria. Y, sobre todo, nos advierte de la cantidad de azúcar que meten en todo. El azúcar es el veneno de la alimentación moderna. El porcentaje de niños diabéticos cada año aumenta.